Enfoque. Sistema sanitario
¿Continuará siendo el vertedero de Duquesa un dolor de cabeza?
La semana pasada salió en el Listín Diario una noticia que se hacía eco de las gestiones que están realizando conjuntamente la universidad Unapec y Y.A. Maof Holding & Management Ltd., empresa israelí, experta en rehabilitación de vertederos y suelos contaminados, gestión de residuos y reciclaje, que cuenta con el apoyo del Estado de Israel.
Me pareció como una coincidencia, ya que hace como un mes, mirando el canal israelí (i24) me llamo la atención una entrevista, que vi completa, a Jack (Tato) Bigio en español, que habla con fluidez, para resolver este tremendo dolor de cabeza en que se ha convertido Duquesa y vertederos similares.
Tecnología
Bigio es director ejecutivo de una empresa llamada UBQ (ubicuidad=la capacidad de estar en varios lugares al mismo tiempo). Esta empresa ha desarrollado una tecnología que transforma los residuos domésticos en material para la fabricación de productos comerciales. La capacidad de convertir pilas de basura –desechos sin clasificar- en algo útil y que beneficie el medio ambiente, según comento el profesor Oded Shoseyov, reconocido experto en nanotecnología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, inventor y asesor científico de UBQ.
Este proceso patentado por la empresa misma, es una tecnología de conversión de residuos creada en el desierto de Negev que demuestra que es posible, si se usa el 80% de la basura domestica (huesos de pollo, cascaras, papeles, plásticos, etcétera), la que generalmente no se recicla, convirtiéndolos en materia prima que sustituye el plástico o la madera en varios productos comerciales.
Proceso
En el primer paso del proceso de UBQ, la basura se clasifica y se tamiza para eliminar los productos que pueden reciclarse, ya sea metales o vidrio. Los residuos restantes, que normal mente están compuestos de hasta un 60% de agua, se secan y trituran hasta formar un material esponjoso que se procesa en un reactor de conversión, donde se reduce a sus componentes naturales más básicos.
A nivel casi molecular, esos componentes, que son naturales, se reconstituyen y se unen en un nuevo material compuesto y homogéneo. En el proceso final, al material se le da forma en pequeñas bolas, listas para ser transportadas y usadas en fábricas.
Energía eficiente
El proceso usa la energía eficientemente y es respetuoso del medio ambiente. No se usa agua en el proceso, no hay emisiones nocivas al aire y no se producen residuos.
UBQ tiene varias patentes, algunas provisionales, que protegen el proceso y el material resultante, otorgadas en Europa, Estados Unidos, China, India, Canada, Corea del Sur, Singapur, Israel y Japón. El Sr. Bigio dice que no se hubieran podido obtener esas patentes si existiera algo similar en el mundo. Por cada tonelada de material producido de esta basura, el proceso podría evitar la emisión de un promedio de 15 toneladas de CO2.
En la entrevista Bigio mostró, en una toma de las instalaciones en el Kibbutz Tzeeling, al borde del desierto del Neguev, muestras de materiales de extrusión y productos de plástico moldeado, que están a la venta en el extranjero. Mostro además las bandejas usadas por Macdonald’s en América Central.
UBQ cuenta en su consejo Asesor además del profesor Shoseyov, el profesor Roger Kornberg, de la universidad de Stanford en California, (ganador del Nobel de Química); Connie Hedegaard, ex comisaria Europea de Acción por el Clima, entre otros.
¿ No creen ustedes. Que vale la pena ponerse en contacto, a través de la embajada de Israel, con estas gentes?