Petróleo de Texas baja un 1.1% por temor a que OPEP decida relajar recortes
El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cerró este lunes con una bajada del 1.1%, hasta 40,10 dólares el barril, en una sesión marcada por las especulaciones en torno a lo que decidirá la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) los próximos días, entre el temor por si el grupo decide aumentar la producción.
Al final de las operaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos de futuros del WTI para entrega en agosto sumaron 0.45 dólares respecto a la sesión del viernes, cuando el Texas avanzó un 2.3%.
Los precios del petróleo de referencia en Estados Unidos se vieron afectados por las expectativas de que los países de la OPEP+ decidan relajar sus recortes de producción y aumentar el bombeo de crudo en una reunión que tratará este asunto y que está previsto que se celebre entre el martes y el miércoles de esta semana.
Se espera que el recorte de la OPEP+ pase de la histórica cifra de 9.7 millones de barriles por día (bpd) a unos 7.7 millones de bpd, en una reducción del ajuste que podrían achacar al aumento de la demanda, después de que la semana pasada la Agencia de Información Energética elevara sus previsiones globales de demanda por la relajación de las medidas de contención de la COVID-19.
“La reunión proporcionará orientación sobre si la OPEP+ aumentará su producción en línea. También obtendremos una indicación de la postura del grupo sobre la amenaza de una segunda ola de la pandemia”, apuntó hoy en una nota la analista de mercados de la consultora Rystad Energy Louise Dickson.
A la par, los mercados petroleros siguen con preocupación el avance del coronavirus en Estados Unidos, donde la pandemia está lejos de controlarse y con la sombra de nuevos confinamientos sobre el horizonte, una medida que disgustaría a los mercados del “oro negro” puesto que golpearía la demanda de crudo y combustible.
De hecho, ya se han producido ralentizaciones a las reaperturas económicas en ciudades como Atlanta y estados como Texas, donde el gobernador ha señalado que, de continuar con la tasa de infección a un ritmo similar, se verían obligados a restaurar las medidas de confinamiento para evitar un eventual colapso del sistema hospitalario.