Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

COVID-19 provoca una crisis sin precedentes; medidas afectan a casi todos los trabajadores

Las mujeres se han visto duramente afectadas

En una nueva nota de información sobre el mundo del trabajo y la COVID-19 elaborada en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el secretario general de las Naciones Unidas pide prestar apoyo inmediato a los trabajadores en situación de riesgo, las empresas, los empleos y los ingresos.

António Guterres destaca que sobre el mundo del trabajo y el COVID-19, casi todos los trabajadores del mundo, alrededor del 94%, en mayo de 2020 vivían en países sujetos a algún tipo de medidas de confinamiento.

Para el segundo trimestre de 2020 se prevé una pérdida masiva de horas de trabajo, equivalente a 305 millones de trabajos a tiempo completo, y el 38% de la población activa, aproximadamente 1.2 millones de trabajadores, trabaja en sectores de alto riesgo.

La nota indica que las empresas pequeñas y medianas, el motor de la economía mundial, están sufriendo enormes dificultades y tal vez no sobrevivan. Quienes viven en países en desarrollo y contextos frágiles afrontan los riesgos más importantes, en parte porque son menos resiliente.

La nota de información, basada en datos y análisis de la OIT, advierte de que muchas de las personas que han perdido su trabajo y sus medios de vida en los últimos meses no podrán reincorporarse al mercado de trabajo en breve.

Las mujeres, en particular, se han visto duramente afectadas: trabajan en los sectores más gravemente afectados, y son las primeras que pierden el empleo y las últimas en regresar. Asimismo las personas con discapacidad, que ya afrontan la exclusión en el mundo laboral, tienen menos probabilidades de regresar al trabajo durante la recuperación.

Según la nota informativa, las peores consecuencias socioeconómicas las padecen quienes ya sufren una situación de precariedad y con menos posibilidades de absorber otro golpe. El alrededor de 2,000 millones de personas que trabajan en la economía informal, a menudo carentes de derechos laborales y de protección social, habrían visto caer sus ingresos en un 60% solo en el primer mes de la crisis.