Recorrido
Covid-19 deprime el negocio de jardinerías en Santo Domingo
Para esta fecha, el mes de las Madres, las jardinerías lucían llenas de vida, las flores estaban cuidadas, el aire que se respiraba en ellas era fresco, pero ahora la realidad es otra y ha golpeado muy duro a este sector.
Las dos puertas rojas de Anthuriana Floristería están cerradas con una cadena de hierro que une a la una de la otra. El piso está mojado del agua que ha caído a las plantas que están fuera, pero las hojas de estas están resecas.
El coronavirus está causando que las plantas que eran para eventos que se celebrarían en los meses anteriores, estén colocadas en el suelo de la floristería esperando por algún dueño. Nadie ha llegado. Están marchitadas y han perdido color. Los arreglos con rosas de color azul marino ya pierden brillo y han pasado a ser azul cielo, se están destiñendo.
A la jardinería llegaron dos personas que estos días han ido únicamente a ver las plantas, locos por comprar, pero las floristerías no pertenecen a los comercios que pueden operar en esta situación de emergencia. “¿Por qué entonces siguen yendo a este lugar?”, para ellos está pregunta es jocosa porque se ríen como si fuera obvio. “Las plantas son nuestra terapia, nuestra medicina y nuestra forma de relajarnos estando trancados en casa”, responde la pareja de esposos.
En ese momento, al escuchar las voces del equipo del Listín Diario y de los deseosos clientes y que el fotógrafo de este medio tomaba imágenes de sustento para el escrito, se acercó una mujer desde dentro de la jardinería. Es la gerente general del lugar y junto a ella le acompañaban en su encierro una recepcionista y los que dan mantenimiento a los plantas. Ellos siguen sus labores para cuidar las flores con la poca esperanza de que lleguen personas a comprar, ya que no pueden vender. Solo están ofreciendo servicio a domicilio y los pagos son vía transferencia.
Cuando se le preguntó a María Gutiérrez cómo estaban las ventas, aunque algunos pidan las plantas para llevar, ella contestó con un tono de voz alto y quejumbroso: “Hemos tenido pérdidas de hasta un 100% desde que cerramos nuestras puertas el 19 de marzo. Nadie ha venido en nuestro auxilio y ya ahí viene el Día de las Madres. Esto debió estar lleno de personas”.
Los trabajadores de la jardinería ubicada en la calle Jacinto Mañón no han sido despedidos, pero la gerente general define como “malabares” lo que se ha hecho para mantenerlos en el lugar.
Los tipos que más se venden por la celebración del Día de las Madres son las Orquídeas, las Hortensias, las Bromelias y las Asturias. En este mes más personas llegan al lugar para saber cuándo pueden comprar, pero no. No hay ventas hasta nuevo aviso, mientras tanto estas flores se marchitan.
Terapia para cada quien
Para la pareja de esposos que veía cada planta y caminaba de un extremo a otro de las afueras de la jardinería, estas son seres vivos. Ellos prefieren que estas empresas estén abiertas porque las plantas son su medicina y les gustaría quedarse en casa cuidando las que compren. Eso los relaja.