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Covid-19 deprime el negocio de jardinerías en Santo Domingo

Así lucía ayer Anthuriana Floristería al acercarse el Día de las Madres . VÍCTOR RAMÍREZ/LD.

Así lucía ayer Anthuriana Floristería al acercarse el Día de las Madres . VÍCTOR RAMÍREZ/LD.

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Jhenery RamírezSanto Domingo, RD

Para esta fecha, el mes de las Madres, las jardine­rías lucían llenas de vida, las flores estaban cuida­das, el aire que se respi­raba en ellas era fresco, pero ahora la realidad es otra y ha golpeado muy duro a este sector.

Las dos puertas rojas de Anthuriana Floristería están cerradas con una cadena de hierro que une a la una de la otra. El piso está mojado del agua que ha caído a las plantas que están fuera, pero las hojas de estas están resecas.

El coronavirus está causando que las plan­tas que eran para eventos que se celebrarían en los meses anteriores, estén colocadas en el suelo de la floristería esperando por algún dueño. Nadie ha llegado. Están marchi­tadas y han perdido color. Los arreglos con rosas de color azul marino ya pier­den brillo y han pasado a ser azul cielo, se están destiñendo.

A la jardinería llega­ron dos personas que es­tos días han ido única­mente a ver las plantas, locos por comprar, pe­ro las floristerías no per­tenecen a los comercios que pueden operar en esta situación de emer­gencia. “¿Por qué enton­ces siguen yendo a este lugar?”, para ellos está pregunta es jocosa porque se ríen como si fuera obvio. “Las plantas son nuestra te­rapia, nuestra medicina y nuestra forma de relajarnos estando trancados en casa”, responde la pareja de espo­sos.

En ese momento, al es­cuchar las voces del equi­po del Listín Diario y de los deseosos clientes y que el fotógrafo de este medio to­maba imágenes de susten­to para el escrito, se acercó una mujer desde dentro de la jardinería. Es la gerente general del lugar y junto a ella le acompañaban en su encierro una recepcionista y los que dan mantenimien­to a los plantas. Ellos siguen sus labores para cuidar las flores con la poca esperanza de que lleguen personas a comprar, ya que no pueden vender. Solo están ofrecien­do servicio a domicilio y los pagos son vía transferencia.

Cuando se le preguntó a María Gutiérrez cómo esta­ban las ventas, aunque al­gunos pidan las plantas pa­ra llevar, ella contestó con un tono de voz alto y que­jumbroso: “Hemos tenido pérdidas de hasta un 100% desde que cerramos nues­tras puertas el 19 de marzo. Nadie ha venido en nuestro auxilio y ya ahí viene el Día de las Madres. Esto debió estar lleno de personas”.

Los trabajadores de la jardinería ubicada en la ca­lle Jacinto Mañón no han si­do despedidos, pero la ge­rente general define como “malabares” lo que se ha he­cho para mantenerlos en el lugar.

Los tipos que más se ven­den por la celebración del Día de las Madres son las Or­quídeas, las Hortensias, las Bromelias y las Asturias. En este mes más personas llegan al lugar para saber cuándo pueden comprar, pero no. No hay ventas hasta nuevo avi­so, mientras tanto estas flo­res se marchitan.

Terapia para cada quien

Para la pareja de esposos que veía cada planta y ca­minaba de un extremo a otro de las afueras de la jar­dinería, estas son seres vi­vos. Ellos prefieren que es­tas empresas estén abiertas porque las plantas son su medicina y les gustaría que­darse en casa cuidando las que compren. Eso los relaja.

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