PECUARIA
Pese a brotes de coronavirus, los mataderos de Estados Unidos deben seguir trabajando
Los mataderos en Estados Unidos están siendo forzados a mantenerse abiertos bajo órdenes gubernamentales, pese a que han surgido brotes de coronavirus entre sus trabajadores, en un esfuerzo para que los supermercados tengan pleno abastecimiento de carne.
El presidente Donald Trump firmó el martes una orden, bajo el amparo de una ley diseñada para usar en tiempos de guerra, para mantener funcionando negocios privados por razones de defensa y seguridad.
Varias grandes plantas a las que los granjeros envían ganado, cerdo y pollos han cerrado por la rápida propagación del coronavirus entre sus empleados, que normalmente suelen estar unos muy cerca de otros en las líneas de producción y en sus descansos.
Al menos 18 plantas en Estados Unidos han cerrado temporalmente en dos meses, disminuyendo en un 20% la capacidad de procesar cerdo y en un 10% la de procesar carne, según el grupo industrial Farm Bureau.
"En algunos casos, los cierres fueron debido a brotes entre empleados en las plantas. En otros casos es una lucha hacer que los trabajadores, temerosos de enfermarse, sigan yendo a las fábricas", dijo.
Eso aumenta el riesgo de encontrar estantes vacíos en las tiendas, mientras del otro lado de la cadena de producción los criadores no tienen a dónde enviar a sus animales.
Las vacas pueden seguir pastando, pero muchos cerdos son engordados en interiores en un apretado calendario y, si se hace muy grandes, pierden parte de su valor y pueden resultar heridos.
El Departamento de Agricultura estadounidense instaló una unidad especial para apoyar a granjeros que necesiten sacrificar sus animales, incluso apoyando a criadores a matarlos ellos mismos.
"La orden ejecutiva del presidente ayudará ha evitar daños a los productores agropecuarios y garantizará comida sana y asequible en las mesas de las familias estadounidenses", dijo Julie Anna Potts, presidenta del Meat Institute, que representa a procesadores y empaquetadores de carne.
- Peligro de brotes -
Los dueños de mataderos dicen que han incorporado medidas sanitarias adicionales para proteger a sus trabajadores, incluidas pruebas diagnósticas, controles de temperatura, máscaras faciales y escudos de plástico.
Pero sindicatos han dicho que la situación no ha sido atendida con la seriedad necesaria y aseguran que las precauciones llegaron muy tarde.
La planta ya cerrada de Smithfield Foods en Sioux Falls, Dakota del Sur, donde unas 3.700 personas normalmente sacrificaban y procesaban miles de cerdos al día, "es muy antigua", dijo a la AFP Kooper Caraway, un líder del sindicato local AFL-CIO.
"Los pasillos son muy estrechos, los vestidores pequeños, los comedores también", dijo sobre este lugar en que se registraron docenas de casos de coronavirus.
"No solo los trabajadores laboran hombro a hombro en las líneas de producción, pero también... se cambian la ropa y comen hombro a hombro", dijo.
"La planta aplicó todos los cambios que los trabajadores pedían pero para entonces ya docenas habían dado positivo para el virus y ya la fábrica se había convertido en un foco de infección", explicó.
El sindicato United Food and Commercial Workers informó que 20 empleados de la industria cárnica han muerto y al menos 6.500 han resultado afectados.
Food and Water Watch, un grupo sin fines de lucro que busca una mayor transparencia en la cadena alimenticia, denunció a grandes compañías cárnicas por asegurar que había riesgo de escasez pese a los altos niveles de productos congelados existentes.
"Es crucial que la industria de los alimentos proteja a los trabajadores cerrando las plantas cuando sea necesario para evitar que todo el sistema colapse", dijo uno de sus representantes, Tony Corbo.
"El gobierno federal debería intervenir (...) para llevar los abundantes suministros de carne a las tiendas y a los bancos de comida que los necesitan", siguió.