US$ 8,26
El petróleo de Texas continúa desplomándose y llega a niveles de 1986
El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se desplomaba este lunes a media jornada un 45,21 %, hasta los 10,01 dólares el barril, su nivel más bajo desde 1986, ante el recorte de la demanda provocado por la pandemia de COVID-19 y la proximidad del vencimiento de los contratos.
A las 12.00 hora local de Nueva York (16.00 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en mayo, que expiran mañana, restaban 8,26 dólares respecto a la sesión del viernes, ahondando en la tendencia bajista de las negociaciones previas a la apertura del mercado y encaminados a registrar el peor día de la historia para el crudo de referencia en EE.UU.
En la apertura, el petróleo de Texas se derrumbó un 38,59 %, hasta los 11,22 dólares el barril, lo uqe marcaba su nivel más bajo desde 1998.
En el caso de los contratos con vencimiento en junio, en los que el volumen de negociación es mayor, la caída era en torno al 13 % y el precio se situaba en 21,74 dólares.
Según los analistas, el desplome se debe al temor por la falta de capacidad en EE.UU. para almacenar crudo en medio del abismal recorte en la demanda provocado por el parón en la actividad consecuencia del coronavirus.
"La destrucción intradía del WTI de hoy es épica en escala y muestra la gran inestabilidad de los contratos de mayo de 2020 ante su expiración de mañana y los miedos a que el almacenamiento no se pueda materializar", expresó la analista Louise Dickson, de la firma Rystad Energy.
Con el precio del barril de Brent situado en unos 26 dólares, los analistas de esa firma, no obstante, invitan a observar la diferencia WTI-Brent tomando en cuenta los precios de los contratos de junio del WTI ya que los futuros de referencia en Europa cambian de mes antes que los estadounidenses, explican.
El mercado sigue volátil a pesar de que la OPEP y sus socios acordaron a principios de abril reducir su producción en 9,7 millones de barriles diarios para compensar ese recorte de la demanda ligado a la COVID-19, que los inversores no parecen creer que sea suficiente.