Enfoque

El gran dilema: coronavirus o economía

Muchos paí­ses enfrentan el dilema de si abrir la economía para evitar una catástrofe o estrechar el cerco para frenar la expan­sión del coronavirus.

¿Hasta donde puede aguantar la economía do­minicana el aislamiento social y el cierre casi total de los negocios en un es­cenario donde los ingresos externos (divisas) se eva­poran y los internos (im­puestos) llegan su mínimo histórico?

Es la pregunta del mi­llón. Hasta ahora y con apenas 20 días desde que se tomaron las primeras medidas para controlar el virus, la economía domini­cana puede haber perdido un 2% del PIB.

La recesión en el 2020 es un hecho porque aun falta mucho tiempo para volver a la normalidad, sin contar que tampoco eso depende de nosotros sino del país que en este mo­mento tiene el mayor nu­mero de infectados a nivel mundial.

O sea, que las reme­sas, el turismo, las zonas francas, las exportacio­nes y la inversión exter­na, seguirán en caída libre mientras Nortea­mérica no supera la pan­demia y su economía se reestablezca.

LAS INDUS TRIAS LOCALES Y LA AGRO­P ECUARIA SON LOS DOS SECTORES QUE PUEDEN MANTENER­NOS CON VIDA Y FACI­LITAR UNA RECUPERA­CIÓN MÁS RÁPIDA DE LA ECONOMÍA.

El primero, produciendo bienes alimenticios elabo­rados y semielaborados y el segundo los alimentos bási­cos de la población. Ambos podrían también exportar algunos excedentes por la caída del consumo local de­bido a la casi desaparición del turismo.

Ante cualquier eventua­lidad de una cuarentena total, estos dos sectores no pueden frenar sus activida­des en ninguna circunstan­cia.

Y decimos esto porque paralizar la producción de bienes de consumo para el mercado local y externo ha­ría mucho más daño que el coronavirus.

Aquí el sector pro­ductivo y expor tador comienzan a jugar un mayor protagoni smo, monopolizado por mu­chos años por el sector importador. Y hacia ellos hay que orientar el grueso de los recur­sos de las faci l idades otorgadas por las au­toridades monetarias, porque las divi sas s e convertirán en muelas de gallo.

Hay que ahorrar divisas por todos los medios y ol­vidarse por un tiempo del turismo, zonas francas e inversión extranjera. Tam­bién las remesas se reduci­rán fuertemente.

HAY QUE SEMBRAR TODO EL PAÍS Y HAY QUE MULTIPLICAR LA PRODUCCIÓN PECUA­RIA PARA REDUCIR LAS IMPORTACIONES DRÁS­TICAMENTE Y DE SER POSIBLE AUMENTAR LAS EXPORTACIONES QUE EL TURISMO CON­SUMÍA ANTERIORMEN­TE.

También hay que limitar las importaciones de bienes no imprescindibles y de lu­jo porque seria un crimen gastar divisas para traer car­teras de Paris o Zapatos de Italia. Además, ¿quién las compraría en estos momen­tos?

En fin, ampliar la cuaren­tena a 24 horas es una op­ción si la pandemia sigue aumentando, pero dándo­le espacio a ciertos sectores de la economía para que si­gan funcionando, especial­

mente los sectores produc­tivos y algunos servicios básicos porque nadie puede quedarse sin comida, agua, electricidad y comunica­ción.

Lo demás, solo puede pa­liarse con la asistencia del Gobierno si es que esta lle­ga al mayor numero de per­sonas afectadas por la pan­demia. Pero eso el tiempo lo dirá.

Es momento de pro­ducir, es momento de au­toabastecernos, es mo­mento de darle al sector productivo y exportador el rol que se les ha negado por décadas.

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