Recursos
Las cuatro áreas en los que el BID dará financiamiento para atender crisis desatada por coronavirus
El Banco Interamericano de Desarrollo y BID Invest anunciaron cuatro áreas en las que darán apoyo de recursos financieros y técnicos para atender a la crisis desatada por el coronavirus.
La primera área será la respuesta inmediata para salud pública a través del apoyo a la capacidad de preparación y respuesta sanitaria con recursos para contener la transmisión del virus y mitigar su impacto, mediante el fortalecimiento de los sistemas de salud pública y la compra de insumos y equipos.
La segunda, según un comunicado de prensa, tiene que ver con las redes de seguridad para las poblaciones vulnerables a través de medidas para proteger los ingresos de las poblaciones más afectadas mediante programas existentes de transferencias, pensiones no contributivas y subsidios. Otras medidas contemplan transferencias extraordinarias para trabajadores en el sector informal y apoyo para empresas formales en sectores especialmente afectados por la crisis, como el turismo.
La productividad económica y el empleo es la tercera área mediante la que el BID dará apoyo a sus países miembros. Esto, destaca un documento de la organización financiera internacional, representará para las Pymes el 70% del empleo en la región, programas de financiamiento y garantías de liquidez de corto plazo, de comercio exterior, de restructuración de préstamos, y de apoyo a cadenas de suministro estratégicas.
El BID informó que también dará colaboración a los países en el diseño y la implementación de medidas fiscales para financiar la respuesta a la crisis; planes de continuidad para la ejecución de gastos y adquisiciones públicas; y medidas para apoyar la recuperación económica.
Monto de los recursos
Además de reprogramar la cartera existente de proyectos de salud para atender a la crisis, el BID puede dirigir US$3,200 millones adicionales al programa de préstamos inicialmente estipulado para 2020. Estos fondos, sumados a los recursos disponibles que ya se habían programado para 2020, pondrían a disposición de los países hasta US$12,000 millones que pueden ser destinados a la crisis y sus consecuencias.
Los gobiernos también pueden solicitar el redireccionamiento de recursos de la cartera de proyectos que ya están en ejecución con el fin de atender a las necesidades generadas por el virus. Estos recursos podrían alcanzar hasta US$1,350 millones.