Las Alianzas Público-Privadas, definamos qué no es una APP

Recientemente, hemos visto cómo varios países de Latinoamérica han tenido episodios de conmoción social. Los procesos políticos de reformas estructurales se hacen más complejos de articular. Es por esto que llena de optimismo las nueve propuestas que el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) presentó en su IX Convención Empresarial, en donde brinda un mapa de ruta de acciones sensatas para promover el desarrollo de República Dominicana, en un contexto de Cuarta Revolución Industrial.

Este es un ejemplo de cómo el diálogo público-privado ha venido madurando y fortaleciéndose, de manera que se han podido tener varias iniciativas para alinear los objetivos de desarrollo como país. Por eso no es casual que la utilización del mecanismo de Alianzas Público-Privadas (APP) sea tomada en cuenta como una de las acciones claves para tener un entorno macroeconómico más fuerte. Las APP son ese vehículo para que proyectos de naturaleza pública puedan ser desarrollados y/o gestionados entre el sector público y privado, como socios. No es casual que en el párrafo anterior haya utilizado los términos diálogo público-privado y Alianzas Público-Privada de manera separada. Son acciones complementarias, pero no son y tampoco serán la misma cosa.

¿Qué no es una Alianza Público-Privada (APP)?

Las APPs no son mesas de trabajo. Las mesas de trabajo para proponer, diseñar, o definir políticas públicas son claves para generar confianza y articular el diálogo. Esto se puede considerar diálogo público-privado.

Las APPs no son estrategias conjuntas. Las alianzas público-privadas tampoco son una estrategia en sí, ni una serie de tácticas a realizarse para lograr un objetivo. Esto, más bien, corresponde a la agenda en común de los sectores público y privado, que permite compartir una visión común de desarrollo. Esto es lo que se ha podido obtener con los capítulos de Desarrollo Productivo en nuestra Estrategia Nacional de Desarrollo.

Las APPs no son colaboraciones. Por igual, las APP no son proyectos sociales y comunitarios.

Aunque dentro de la agenda común de ambos sectores se contemplen acciones de responsabilidad social corporativa, como planes de reforestación y de conciencia social, esto no representa el fin último de las APP. Esto, más bien, es llamado cooperación público-privada. Entonces, ¿qué son las Alianzas Público-Privadas?.

En pocas palabras, las APP son contratos entre el sector público y privado que nacen con la finalidad de cubrir el área de construcción, operación, mantenimiento, y en algunos casos gestión de proyectos con brindan un buen o un servicio público. Estos contratos definen a

ambos sectores como socios, en estructuras de negocio que brinden un servicio sostenible y de calidad para el ciudadano.

El sector de infraestructuras es usualmente el sector por excelencia para la utilización de este mecanismo. Y el que más lo necesita. De acuerdo condatos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la región necesita invertir al menos un 5% del PIB en infraestructura para alcanzar los niveles de desarrollo de países como Corea del Sur y Japón. Actualmente, la región invierte aproximadamente 2.5% de su PIB en el tema.

De acuerdo con los datos históricos consultados de la Corporación Andina de Fomento (CAF), Latinoamérica nunca ha alcanzado el porcentaje de inversión requerido para el desarrollo de infraestructura, como se ve en el siguiente gráfico: Calderón y Servellón (2010), ECLAC (2014).

Con los contratos APP, ambos sectores se comparten los beneficios, pero también los riesgos.

Carlos Pared Vidal Ejecutivo del BID “Son contratos temporales” Las APP no son mesas de trabajo, estrategias, o colaboraciones. Tampoco son ventas o privatizaciones de bienes públicos. Las APP son contratos temporales, en donde se comparten inversión, y al mismo tiempo los distintos tipos de riesgo que tienen los proyectos.