Cuarta Revolución Industrial y transformación del empleo

La encuesta de Organización y Personas 2019 de Deloitte descubre que, tanto en el mundo como en República Dominicana, un 60% de las empresas que han incursionado en la automatización han reemplazado parte del trabajo rutinario, pero solamente cerca del 35% han logrado “re-imaginar la forma de trabajar” en sus compañías.

Adicionalmente, un 64% de las empresas en República Dominicana indica que la automatización les ha permitido ser más veloces y mejorar su productividad, pero solamente un 35% han logrado reducir sus costos y aún con menor impacto, solamente un 29% reporta incrementar la innovación. De esta forma, se revela una brecha paradójica: la automatización está asumiendo la labor transaccional pero los humanos no estamos aprovechando esa ventaja para generar mejoras en la calidad, innovación o valor adicional. Existe una enorme oportunidad para dinamizar la construcción de nuevos puestos y realidades laborales, que en suma, mejorarán el empleo y el bienestar en los países.

Si bien el impulso a la reactivación económica es clave en la creación de puestos, no será la solución completa a este tema estructural. Los ejes para descifrarlo son diversos, pero, los elementos que surgen desde la palestra empresarial son fundamentales para generar análisis, ¿Cuáles son los puestos que se deben impulsar?, ¿Se cuenta con una oferta óptima en cantidad y calidad para llenar esas nuevas posiciones? ¿estamos siendo creativos para descifrar tendencias y orientar a la fuerza laboral?

Esta es una época de oportunidades para personas con un alto grado de preparación en habilidades esencialmente humanas y desarrollo cognitivo, pero sumamente crítica para aquellos que no tengan. La empleabilidad, por tanto, amplía el umbral de exigencia, relega las tareas repetitivas o mecánicas a la automatización y aún en aquellos puestos operativos, que tendrán un proceso de relevo más lento, se requerirán nuevos conocimientos e interacción con el mundo digital.

*La autora es Cristina Cubero, directora Consultoría de Deloitte.