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Pobreza

La Navidad es una de las épocas donde más se refleja la desigualdad, ¿cómo afecta esto a las familias?

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Jhenery RamírezSanto Domingo, RD

Diciembre es una de las épocas donde se refleja la desigualdad social que existe en República Dominicana. En las últimas dos semanas, el Listín Diario publicó las historias de Mascimina Morillo y de Deidamia Cabrera, dos mujeres que no tenían ingresos para disfrutar una Nochebuena con banquetes tradicionales, villancicos y ropa nueva.

Uno de los hijos de Deidamia Cabrera, Emerson, de 19 años, expresaba que quería pasarse una navidad igual a como lo hacen “las familias normales”. Al hacer esta comparación, se manifiesta lo que él mismo ha vivido en carne propia: la desigualdad.

Emerson estaba consciente de que su hogar y el de sus vecinos en el Kilombo del Café de Herrera son muy diferentes al de otras personas que sí han tenido la oportunidad de progresar y conseguir un empleo digno.

De acuerdo a un sondeo de precios que realiza el Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor), la cena de Nochebuena para una familia de siete personas incluyendo: cerdo, moro de gandules, ensalada rusa, espaguetis, un vino, uvas, manzanas, dulces navideños, pollo y siete pasteles en hojas saldría alrededor de RD$7,000. La familia de Deidamia no contaba con estos recursos para gastarlos en un solo día.

El inicio del problema

¿Empezó esta desigualdad de Emerson y sus seis hermanos ahora o desde que nacieron? Según el Informe sobre Desarrollo Humano 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), las desigualdades pueden comenzar antes del nacimiento, y muchas de ellas pueden acumularse a lo largo de la vida de la persona.

La investigación de la organización resalta que cuando esto ocurre pueden aparecer desigualdades persistentes. Cuando nació Emerson, el primer hijo de Deidamia, su situación socioeconómica era precaria. Esto se ha transferido a sus siete hijos afectando su salud, su educación y los ingresos de los hijos. Se recuerda que solo cuatro de los siete hijos de Deidamia van a la escuela y los dos mayores, de 17 y 19 años, “echan días” en el sector de la construcción cuando aparece algún trabajo.

El estudio del PNUD señala que las desigualdades pueden convertirse en un círculo vicioso, ya que estas pueden transmitirse a la siguiente generación. La razón de esa transferencia es que cuando los niños de estatus socioeconómico bajo crecen, en la mayoría de casos forman una pareja con una persona en condiciones similares a ellos.

“Puede resultar muy complicado romper este círculo debido, entre otros factores, a la evolución simultánea que experimentan la desigualdad de los ingresos y el poder político”, destaca el informe de Desarrollo Humano.