El papel se resiste a morir: la era digital le abre nuevos mercados
En la actualidad, las nuevas generaciones no se imaginan un mundo en donde la tecnología no forme parte de sus hábitos diarios. Los “millennials” prefieren leer las noticias o un libro desde el celular. Los correos y las redes sociales han evitado la impresión de documentos y el papel parece que desaparecerá, pero, ¿qué sería de nuestra vida sin él?
Aunque la globalización ha hecho que el uso del papel dismuya para la impresión de libros y periódicos, para el comercio electrónico ha sido una salvación, tanto así que las empresas que ofrecen sus productos por internet tienen que contar con diferentes estilos y tamaños de cajas para responder a las necesidades de sus clientes.
Antes, un fabricante de productos de cuidado de la piel llevaba a un supermercado 100 cremas en una caja. Ahora, necesita 100 cajas para enviarlas individualmente a quienes hacen sus pedidos online. Esta es una de las razones por las que se prevé que el papel no morirá como se ha especulado en ocasiones. El cartón le ha dado un impulso a esta industria a través de soluciones de empaques innovadores, sostenibles y rentables.
Smurfit Kappa es una empresa que produce al año cerca de 6.5 millones de toneladas de empaque corrugado, como se le conoce al cartón. Para sus operaciones, la compañía utiliza 6.4 millones de toneladas de papel producidas dentro de su sistema propio de molinos de papel y cartón. Los ejecutivos de la organización creen que estas cifras son las que sustentan como un mito los comentarios de que “el papel desaparecerá”.
Desde Colombia se producen los papeles que son exportados a sus fábricas y plantas de reciclajes instaladas en algunos países de Centroamérica y el Caribe, dentro de los que se encuentran República Dominicana, Puerto Rico, El Salvador, Ecuador y Nicaragua.
Vale dinero y se puede reciclar hasta siete veces Álvaro José Henao, presidente de Smurfit Kappa para Colombia, Centroamérica y el Caribe, ve un potencial en República Dominicana para el reciclaje de papel. Esto genera que el material no sea dañino para el medio ambiente y que a través de un incentivo la gente que lleva los desperdicios de la industria a los “puntos limpios” tenga una motivación económica.
El papel se puede reciclar hasta siete veces sirviendo así como materia prima para la fabricación de cartones que son destinados a varios fines, aunque no a los alimentos, porque la mayoría del papel recolectado proviene de la basura y no de fuentes limpias al no ser el mismo consumidor el que lleva las láminas a las plantas recicladoras.
Aunque Smurfit Kappa tiene una planta de reciclaje de papel en la nación dominicana, el proceso ha sido lento pues no hay un incentivo y se necesita crear conciencia. La filosofía de esta empresa es que “botar o desperdiciar el papel” es “botar el dinero”.
Prejuicio Una de las teorías que han tratado de descalificar al papel es “que produce mucho daño al medio ambiente”, sin embargo, los ejecutivos de la empresa insisten en que el producto es reciclable y biodegradable.
Eficiencia Para el presidente de la empresa para Colombia, Centroamérica y El Caribe, Álvaro José Henao, el papel es de buena utilidad si se garantiza la sostenibilidad de los procesos.
Se reinventa El gerente general de Smurfit Kappa para República Dominicana, Andrés Silva, cree que el papel blanco no desaparecerá, ya que se sigue exportando.