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Entrevista exclusiva con Alejandro Werner

El FMI afirma economía dominicana “es la novena más rápida del mundo”

Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.

Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.

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Cándida AcostaSanto Domingo, RD

La incertidumbre mundial y los desafíos que tiene por delante la economía dominicana fueron expuestos por el director para el Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, en una entrevista exclusiva para Listín Diario, con esta redactora, con motivo de los 130 años de este medio.

¿Cuál considera usted es el actual desempeño de la economía dominicana en un contexto pre-electoral local y de incertidumbre global?

Antes que nada, quisiera señalar que el rápido crecimiento registrado por República Dominicana en los cinco últimos años es notable: la economía se expandió en promedio 6Ω% en ese período y el crecimiento alcanzó un máximo de 7% en 2018. Esa es la tasa más alta de América Latina y el Caribe y la novena más rápida del mundo. Gracias a la expansión económica y a la política social en que se centró el gobierno, se han creado muchos empleos nuevos, el ingreso real ha aumentado, y la pobreza y la desigualdad han disminuido significativamente.

¿En cuál posición queda RD respecto de sus pares de la región centroamericana? En su informe sobre una Recuperación Atascada plantea la debilidad de la región, ¿cómo quedaría RD?

Al igual que en el resto de la región, el crecimiento se desaceleró en el primer semestre de 2019. Ha habido factores tanto mundiales como locales que contribuyeron a esta desa-celeración, pero el reciente estímulo monetario debería respaldar el crecimiento durante el resto del año. Nuestra expectativa es que el crecimiento se asiente en 5% en 2019 óuno de los más altos de la región y en consonancia con el potencialópero, como en otras partes, esta perspectiva está sujeta a riesgos.

¿Cuáles desafíos observa para la economía dominicana a corto, medio y largo plazo?

A corto plazo, el desafío mayor es aprovechar los tiempos que todavía son favorables para afianzar los elementos que sirven de amortiguadores, como una posición fiscal más sólida y una continua acumulación de las reservas internacionales. De esa manera, la economía puede resistir mejor si las condiciones externas desmejoran significativamente; por ejemplo, si se agudiza la desaceleración de la economía mundial o si suben los precios del petróleo. A mediano y largo plazo, los principales desafíos consisten en eliminar los cuellos de botella estructurales que limitan el crecimiento y mejorar las redes de protección social.

¿Aún con una ralentización RD espera mantener su crecimiento dentro de su potencial, qué política recomienda para seguir creciendo a futuro?

Los cuellos de botella estructurales que están más arraigados pueden crear una barrera al alcance y el ritmo de crecimiento de una economía. República Dominicana no es una excepción. Uno de los principales obstáculos que hay que abordaróprobablemente el más urgenteósigue siendo la debilidad del sector eléctrico nacional. Las interrupciones del suministro eléctrico son costosas para los negocios y dañan la competitividad de la economía.

Aunque encontrar una solución duradera a los problemas de la electricidad podría requerir un consenso nacional, que aún debe formalizarse plenamente en un Pacto, las autoridades podrían realizar reformas para asegurarles a los hogares y las empresas un acceso confiable a este servicio. Para eliminar los obstáculos al crecimiento, también habría que seguir mejorando el clima de negocios, reforzar el marco institucional, promover la innovación y fortalecer las capacidades de la fuerza laboral.

Al mismo tiempo, para ser sostenible, el crecimiento tendría que ser más incluyente. Como ya mencioné, República Dominicana logró un buen avance en este sentido: los ingresos prácticamente se duplicaron desde la crisis financiera de 2003-04, y la pobreza y la desigualdad disminuyeron significativamente. Para profundizar las mejoras habrá que seguir fortaleciendo los sectores de la salud y la educación, así como las redes de protección social. Sin embargo, muchas de estas reformas requerirían más espacio fiscal.

¿Está la economía dominicana en el umbral del tope de endeudamiento público o cree que la deuda aún es sostenible?

Poder sustentar la actual trayectoria de endeudamiento dependerá de las políticas que adopte el gobierno. Por ahora, nuestra expectativa es que la deuda pública se mantendrá en una trayectoria ascendente y que la carga que representan los intereses seguirá elevada en relación con el ingreso público. Esto impone algunas restricciones al crecimiento porque mantiene elevados los costos de endeudamiento, desalienta la inversión privada y reduce el espacio para la inversión pública y los programas sociales.

¿Cree que a partir de 2020 la RD no puede dejar de aprobar una reforma tributaria?

En nuestra opinión, hay dos cosas que se pueden hacer. Primero, se necesita un esfuerzo fiscal significativo para recortar los déficits y encauzar la deuda hacia una trayectoria descendente.

El gobierno puede elegir las variables de ajuste, pero entre las posibilidades mencionaría medidas exhaustivas para ampliar la base tributaria, racionalizar los incentivos y las exenciones impositivas, y aliviar el lastre que el sector eléctrico representa para el presupuesto, lo cual nos lleva a las reformas estructurales que ya mencioné. A medida que la carga de los intereses disminuye con el ajuste, se liberan recursos para el gasto social e inversiones públicas más eficientes.

Segundo, se puede mitigar la incertidumbre en torno a la sostenibilidad de la política fiscal dejando en claro públicamente el objetivo de deuda pública a mediano plazo y la manera de alcanzarlo. Para eso sería adecuado un marco de responsabilidad fiscal, que podría incluir esa ancla fiscal a mediano plazo y establecer ciertas reglas operativas para alcanzarla.

¿Puede opinar sobre la política monetaria de RD y su coordinación con la política fiscal?

Con la transición al régimen de metas de inflación en 2012, el BCRD logró transformar el marco de política monetaria y mejorar la transparencia y la credibilidad de sus decisiones. Esto ha respaldado la estabilidad macroeconómica a lo largo de los años. La coordinación con las políticas fiscales también ha mejorado: dado que tanto el Banco Central como el gobierno gestionan la deuda pública, esa coordinación es importante para que los mercados internos de deuda funcionen mejor.