La triste cara del politécnico: nombramiento de los maestros
Héctor Nolasco dio sus declaraciones como director del Inmaculada Concepción, Ramona Ramos lo hizo como subdirectora. En Consuelo, la comunidad los trata como si realmente estos fueran sus cargos.
¿Cuál es la verdad? Estos dos maestros, así como otros del centro, no están nombrados en sus respectivos puestos por el Ministerio de Educación. Nolasco es técnico, un cargo superior al de director, pero él desea aportar con el desarrollo de Consuelo y por eso está ahí. Ramos está nombrada como maestra.
La situación es tan preocupante para ellos que mencionan casos puntuales. La profesora que imparte las clases de patronaje en la carrera de diseño de modas es una italiana que tiene experiencia en el área. A ella la aprovechan para dar las clases del idioma italiano, pero en realidad está nombrada como personal administrativo devengando un salario mensual de RD$15,000.
Nolasco se identifica con la frase “no se puede poner piedras en el camino para lo que la comunidad necesita” para definir la situación.
“Este centro educativo en menos de cinco años, por la calidad de oferta a la comunidad y al país, merece un foco especial del Ministerio de Educación. Debería haber un apoyo en recursos humanos. Los profesores están descontentos, se quieren ir y lo entendemos porque tienen familia”, comenta Nolasco.
Esos maestros tienen vocación de servicio porque hacen su trabajo con amor y dedicación, ganando poco dinero y con una carga horaria igual que cualquier otro profesor.
Quien motiva a estos docentes es la religiosa Sor Leonor Gibb, una canadiense que ya se siente parte de Consuelo y luchó para que Inmaculada Concepción sea hoy un ejemplo educativo.