RECURSOS HUMANOS
Distingue los tipos de “malos jefes”
Para Josep María Galí, autor del libro “Los malos jefes”, hay cinco tipos de liderazgos que están relacionados con disfunciones directivas y maneras de guiar en la empresa que provocan a la larga que el entorno social se degrade y que afecte los resultados de las organizaciones.
Conoce si tu superior tiene algunas de estas características citadas por el experto consultado por LISTÍN DIARIO.
Galí clasifica a los “malos jefes” en cinco tipos. Los que pertenecen al primero son los de la “patología de la ausencia”, aquellos que están ausentes, están presentes cuando no deben estarlo y no están cuando sí deben permanecer con su equipo.
A estos líderes ausentes, Galí los define como los que no saben estar en el momento justo donde hay que tomar decisiones importantes y las riendas de algunos temas empresariales. “Esto provoca un vacío de poder y alguien deberá llenarlo”, considera.
En el segundo grupo están los “paternalistas”, o sea, los jefes que en vez de tratar a sus subordinados como adultos, desde el punto de vista psicológico, para que las cosas funcionen, les hablan como niños.
“La empresa no podrá cumplir sus metas si se establece una relación de padre a hijo entre los jefes y su equipo. El paternalismo consiste en dominar la voluntad de los demás a través de adoptar una posición del padre, y ya se sabe que el papá tiene el poder y es el que manda. En este caso se crean personas con pocas decisiones empresariales”, enfatiza Galí, criticando que la protección es una forma de dominación en las organizaciones.
La tercera clasificación de Galí es la del directivo que tiene un desapego total con la empresa y que, de hecho, lo único que le importa de la compañía es su juego estratégico, su currículum y su carrera. Esto provoca, según el experto, que algunas veces en decisiones que tienen un costo emocional para los colaboradores, el jefe no sienta las mismas implicaciones que ellos. A este tipo de liderazgo lo presenta como “narcisista”.
Galí señala que la cuarta clase es la de una tipología muy extendida donde el jefe es omnipresente y le cuesta soltar y delegar funciones, además de que no acepta que los demás crezcan junto a la empresa.
“En la medida en que uno es incapaz de soltar y quiere estar en todas las decisiones, controlarlo todo, firmar todos los cheques, se crea un embotellamiento psicológico en la compañía y de decisiones que ralentizan su evolución”.
Lamenta que haya superiores que no confían en lo que ellos hacían antes.
Finalmente, aunque Galí dice que es un caso que no se ve mucho, existen los llamados “jefes perversos”, a los que él menciona en su libro como los “psicópatas de empresas”, porque son agresivos y paranoicos, y vinculan esas patologías a través de la empresa.
“Este tipo utiliza a las personas para su juego estratégico sin tomar en cuenta ningún factor humano, es como si fueran piezas de dominó y con el dedo las puede dejar caer cuando quiera. Esto supone que ese jefe tiene una enfermedad que es la incapacidad para reconocer cualquier emoción en los demás”, concluye.
Galí se encuentra en el país hablando sobre las formas de establecer modelos económicos y empresariales basados en la sostenibilidad, y por qué hacerlo, crecimiento inclusivo, sostenibilidad medioambiental, consumo sostenible e insostenible, responsabilidad social, y marketing y sostenibilidad.