Economia & Negocios

REPORTAJE

Campesinos quieren volver a Valle Nuevo

Ricardo Santana/Adolfo PaniaguaSanto Domingo

La siembra de cultivos agrícolas no existe en las comunidades del Castillo y la Siberia de Valle Nuevo, pero sí algunas crianzas de ganado, según constataron periodistas del Listín Diario mediante un recorrido por la zona.

Agrupaciones ecologistas han denunciado que los campesinos, desalojados del Castillo y la Siberia en Valle Nuevo, están cultivando, de nuevo, en esa zona.

No obstante, en un recorrido realizado por periodistas del Listín Diario se comprobó que en esos lugares no hay siembra de rubros agrícolas.

También, campesinos que fueron desalojados de esa área forestal reservada, negaron versiones de ecologistas de que están cultivando nuevamente en los terrenos que ocupaban.

Asimismo, expresaron que están dispuestos a volver a sus lares nativos, debido a que las autoridades de Medio Ambiente no han cumplido con lo prometido y que muchos de ellos no fueron beneficiados con las cuatro tareas y que ahora pasan muchas calamidades.

Estos pequeños agricultores fueron reubicados en el proyecto Villa Poppy que levantó el Ministerio de Medio Ambiente.

Tomás Custodio dijo que fue desalojado de la Siberia y alojado en ese proyecto y que en Montellano tenía ocho tareas cultivadas de papa y vegetales.

El agricultor se quejó de que a él lo desalojaron de La Siberia y no le dieron dónde vivir, por lo que está arrimado con sus dos hijos menores en casa de un familiar.

Expresó que se siente impotente, ya que no encuentra dónde ganarse el pan de su familia. Y que está peor que antes, porque ahora no tiene “ni casa ni tierra”, por lo que dijo estar dispuesto a volver a La Siberia donde quedó sepultado lo poco que tenía. -

Lamentó porque en Villa Poppy no le entregaron tierra y junto a su familia están pasando muchas necesidades, por lo que estima que está dispuesto a volver a Valle Nuevo para recuperar su terreno, sembrarlo y poder subsistir.

Eso mismo piensan muchas de las personas desalojadas del área.

En Villa Poppy, Sandra Tejeda aún tiene el pequeño colmado que tenía en El Castillo, con la diferencia de que ahora encuentra muy poco a quién venderle porque, a pesar de la comodidad que dice tienen con relación a donde vivían antes, manifiesta que no es lo mismo, debido a la precaria situación económica por la que están atravesando.

Explicó a reporteros de Listín Diario que las promesas que les hicieran las autoridades de Medio Ambiente solo se han cumplido en parte, porque, a pesar de que tienen agua y luz, carecen de recursos para laborar la tierra. Dijo que solo han hecho una cosecha de papa y casi a todos los agricultores les fue mal, es decir, tuvieron pérdidas por la falta de asistencia técnica, que fue uno de los compromisos del Gobierno para desalojarlos de El Castillo, donde cada quien cultivaba sus predios y les iba mejor que ahora.

“Aquí, por un lado, estamos cómodos, pero no nos va bien. La única cosecha que hemos hecho se perdió. Es verdad que tenemos agua y luz, pero no tenemos ayuda para cosechar nada. La luz tenemos que pagarla. Yo pago cuatrocientos pesos de luz y vendo muy poco”, manifestó.

Con algo de nostalgia reflejada en su rostro, expuso que a pesar de que en El Castillo no tenían la comodidad de ahora, añora volver a su lugar, donde por ahora solo se ven reses pastando y un caballo amarrado, lo que testimonia de presencia humana en el lugar, aunque no se aprecian cultivos de ningún género y las casitas que servían de albergue a las familias desalojadas fueron demolidas, igual que la escuela, por orden de las autoridades de Medio Ambiente.

Por otro lado, Casilda Díaz Fernández reclamó de las autoridades que le construyan la vivienda que le prometieron, ya que tenía su casa en el Castillo, así como unas 30 tareas de tierra que cultivaba, y que ahora solo tiene cuatro tareas, pero la dejaron sin casa, “porque se la dieron a gente que nunca vivieron allá”, como ella que tenía 40 años en el lugar.

Indicó que, cuando se produjo el desalojo, el encargado de Gabinete del Ministerio de Medio Ambiente, Alejandro Jáquez, mandó a medir un solar que ella compró en base a un préstamo en Constanza, para construirle su vivienda, pero que la dejó esperando.

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