COLABORACIÓN
Cinco aspectos en que los humanos les ganan a los huracanes
Hace un año, la tragedia llegó al Caribe con los nombres de Irma y María. Ambos huracanes pulverizaron la economía de las islas pequeñas en un santiamén, haciendo que, por ejemplo, Dominica perdiera más del 200% de su PIB anual en cuestión de horas.
Un año más tarde muchas naciones caribeñas aún están tratando de recuperarse, conscientes de que la reconstrucción debe tener en cuenta el aumento en número y fuerza de los fenómenos meteorológicos extremos.
Por suerte, la paciencia abunda por estos lares. “Paso a paso, Dominica estará nuevamente en la cima”, dice Augustus Benjamin, quien perdió la casa durante María y ahora administra un refugio de damnificados.
Su optimismo no es en vano. Benjamin ve los esfuerzos de recuperación en todas partes; las carreteras, los hoteles y los edificios se reconstruyen poco a poco para adaptarse a nuevos estándares que los harán más resistentes.
¿Qué se necesita para que el Caribe resista las próximas tormentas? Según los expertos hay que prestar atención a estos cinco aspectos:
1 - Invertir en preparación
Identificar y comunicar los riesgos de desastres es el primer paso para gestionarlos de manera efectiva.
“Las estrategias de modelos y financiamiento de riesgo de desastres permiten a los tomadores de decisiones planificar con anticipación”, afirma Tahseen Sayed, directora del Banco Mundial para el Caribe, en este blog.
Un ejemplo de este tipo de financiamiento es el préstamo de US$150 millones que el Banco Mundial aprobó hace casi un año para República Dominicana, con el objetivo de proveer una línea de crédito luego de un desastre natural o una emergencia de salud pública.
Esta opción de desembolso diferido ante catástrofes, o Cat DDO por sus siglas en inglés, les brinda a los países afectados financiamiento inmediato sin tener que utilizar recursos destinados a programas sociales o de desarrollo.
Los sistemas de alerta temprana son igualmente importantes, agrega la experta: “Si bien las advertencias no pueden evitar todas las víctimas y emergencias, sí pueden salvar vidas y evitar pérdidas económicas”.
2 - Proteger a los vulnerables
Cuando ocurre un huracán, a menudo son los más pobres los que más sufren, ya que tienen menos ahorros para mitigar el impacto y la mayoría vive de la agricultura o la pesca, que se ven muy afectadas.
También tienen menos acceso al crédito y a seguros, y generalmente tienen familiares y amigos pobres, lo que significa que sus redes de apoyo social son limitadas.
Los programas de protección social, tales como transferencias de efectivo u obras públicas que pueden ampliarse después de un desastre, pueden ayudarlos a rehacer sus vidas.
Países como Dominica y Saint Maarten están trabajando para hacer que los sistemas de protección social identifiquen a las poblaciones más vulnerables luego de un desastre.
En Saint Maarten, 1.800 personas subempleadas y desempleadas recibirán capacitación a cambio de un estipendio, los próximos 18 meses.
3 - Construir una infraestructura mejor y más fuerte
La reconstrucción es una oportunidad para identificar áreas menos vulnerables y construir estructuras carreteras, puentes y redes eléctricas, por ejemplo que puedan resistir los desastres.
“Esto es particularmente importante para las islas ubicadas en el ‘corredor de huracanes’, incluidas Antigua y Barbuda, Dominica y Sint Maarten, donde hospitales, aeropuertos, carreteras y redes de servicios públicos sufrieron daños graves”, dice Sayed.
4 - Ahorrar más para la próxima tormenta
La idea general es que se debe desarrollar resistencia a los desastres para no perder en cuestión de horas lo que se tardó años en construir.
Tanto Granada como Jamaica han sido los primeros de CARICOM en adoptar normas que apuntan a abrir el espacio fiscal, reducir los costos de endeudamiento y la deuda pública. San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía también están emprendiendo reformas para crear resiliencia fiscal.
5 - Proteger el océano y otros recursos naturales
Muchas de las islas de la región (Santa Lucía, por ejemplo) tienen más espacio en el mar que en tierra.
Los países del Caribe Oriental están encontrando nuevas formas de generar empleos y crecimiento a partir del capital natural de las islas.
“Esto significa asegurar una gestión adecuada de los recursos naturales y crear las condiciones propicias para la inversión privada en las industrias oceánicas.
También significa construir una infraestructura ‘verde/azul’, como un puerto que usa barreras naturales de manglares; y apoyar a las pequeñas y medianas empresas del océano para generar ‘empleos azules’”, dice Sayed.
Las defensas naturales, como los manglares y los arrecifes de coral, también desempeñan un papel clave en la protección contra los huracanes.
Belice, por ejemplo, está expandiendo y consolidando las áreas marinas protegidas para repoblar los arrecifes de coral.
Gracias a esto, la Barrera de Coral de Belice fue eliminada de la lista de sitios de patrimonio mundial en peligro de extinción de las Naciones Unidas.
Mariana Kaipper Ceratti es productora online del Banco Mundial