COLABORACIÓN
El Mamey fruta deliciosa en extinción
El nombre científico de esta fruta es Mammea americana, para muchos botánicos y especialistas en frutales, los nombres más utilizados son: “mamey americano”, “mamey de Santo Domingo” y “mamey dominicano”.
Es una fruta que la mayoría de los dominicanos no la han probado todavía. La falta de mercadeo se debe a que no hay producción, los agricultores siguiendo una tradición y una cultura totalmente falsa, dicen que esta fruta es venenosa y cuando nace una planta, inmediatamente la cortan para evitar la muerte de sus familiares y vecinos, según su creencia. Como todo frutal es rico en vitaminas y minerales y bajo en contenido proteico.
Su consumo diario en adición a otras frutas, ayuda al organismo humano a mantener una buena salud, evitar la obesidad y a la vez lograr una mejor y más completa nutrición.
Árbol de gran altura, puede llegar a los 25 metros. Teniendo presente que según la extensión de la parte foliar, coincide con la parte radicular, tendremos una penetración en el terreno de raíces de gran tamaño y de una extensa profundidad. Esto significa que una plantación de mamey, ayuda a percolar o drenar el agua acumulada y almacenarla en las profundidades del suelo.
La siembra de este frutal es muy sugerida porque tiene mucha demanda en el exterior y podría ser un rubro de exportación muy importante. Después de cosechado puede durar sin refrigeración 15 días y bajo refrigeración podría duplicar el tiempo.
El mamey es un árbol frondoso que puede alcanzar una gran altura, con un tronco fuerte y una corona densa y amplia. Este árbol se desarrolla mejor a bajas alturas y con clima húmedo. Sin embargo, se puede cultivar hasta los 1,000 metros de altura sobre el nivel del mar y con una pluviometría de 850 mms. a 2,500 mms.
Es una fruta de agradable sabor, algunos la han comparado con el albaricoque, otros la encuentran parecida al melocotón y al durazno. Fray Bartolomé de Las Casas en su apologética historia, en el capítulo IV compara a esta fruta con los melocotones y según él, su olor y sabor son tan buenos, que ninguna otra de Castilla la supera.
Es redonda de color amarillo a rojizo, de sabor bien dulce muy aromático. Se come como fruta fresca y también se preparan dulces, batidas y mermeladas. La fruta es bastante grande de 8 cms. hasta 20 cms. de diámetro, es de forma esférica, a veces un poco alargada. El mamey no resiste la sequía, cuando se siembra en plantaciones comerciales, hay que asegurarse del riego. El riego puede ser por mini-aspersores o por goteo, en zona de alta pluviometría el riego no es necesario.
El mamey es un frutal muy apropiado para usar en la reforestación, por su gran tamaño, su amplio y profundo sistema radicular, también por su buena productividad y la demanda para la exportación, que en estos momentos se está incrementando.
En la comunidad de Guanábano, Cotuí, existían empresas de exportación que compraban toda la producción de mamey para la exportación. Le extraen las semillas, limpian y procesan el mesocarpio, lo colocan en tanques de 55 galones, los congelan y los enviaban en furgones hacia Europa y Estados Unidos. Existía una gran demanda de estos concentrados de las frutas del mamey y las empresas exportadoras interesadas en su siembra ofrecían gratuitamente las semillas a todo el que la deseaba.
La reproducción de este frutal es a través de las semillas, todavía no se conocen variedades mejoradas, para la cual se requiere la reproducción vegetativa a través de injertos. Las semillas tienen un alto poder germinativo (95% a 98%), germinan sin necesidad de semillero, cuando están expuestas a una alta humedad a la intemperie y a la sombra. Lo recomendable es construir semilleros preparados con arena fina, para obtener una mejor germinación y una mejor brotación de raíces. A los pocos días de la germinación (15 días a 25 días), se deben colocar en fundas de polietileno. La tierra para las fundas debe ser una mezcla tierra fértil, más arena y estiércol, se le agrega una onza de fertilizante químico. Las plantas estarán listas para la siembra definitiva de ocho meses a un año.
El mamey requiere de un marco de siembra bastante separado, debido a su gran tamaño y su densa copa. Una distancia entre hilera de 10 metros y entre planta y planta 8 metros, sería adecuada. También se puede utilizar 10 metros por 10 metros, otra muy utilizada por los fruticultores de árboles de gran tamaño y frondosidad, es la 10 metros entre hileras por cinco metros entre planta y planta. Después de transcurrido unos ocho a 12 años, tras haber aprovechado unas cinco a seis cosechas y luego que comiencen las copas de los árboles a interferirse unos con otros, se elimina una planta cada 10 metros, quedando el marco de siembra 10 metros por 10 metros.
El árbol del mamey tiene una vida bastante larga, sin embargo en una plantación comercial debe eliminarse a los 35 años, momento en que comienza a producir rendimientos decrecientes. Se aprovecha este momento para obtener los beneficios de la madera, la cual es bien dura, bella, pesada y fuerte.
La fruta del mamey dominicano como señalamos al principio, ha sido estigmatizada por la población y la cultura dominicana, como fruta venenosa. Esa es la razón de por qué muy pocas personas han probado el sabor exquisito de esta fruta endémica del país. Muchas personas han probado el dulce del mamey, también la mermelada y la batida y han podido apreciar lo sabrosa y aromática, de esta ignorada fruta. Parece ser cierto, que el mamey cuando se consume como fruta fresca en grandes cantidades, produce ciertos malestares estomacales. Esto lo podría ocasionar cualquier alimento que se consume en un alto volumen.
ALERTA A LA POBLACIÓN Lo importante es saber que el mamey es una fruta nuestra, que debemos sembrarla para evitar su extinción y además realizar proyectos comerciales con la finalidad de exportación. El que dispone de terrenos jaldeados (topografía irregular) de vocación agrícola forestal, debe pensar en el mamey para obtener doble propósito, además de reforestar para mejorar la ecología del país, al mismo tiempo aprovechamos las frutas para venderlas a muy buen precio y con una demanda que se mantiene en aumento. Los ciudadanos de los países desarrollados están demandando esta fruta, sus razones las tendrán. Debemos comenzar con probarla y verificar lo rica y sabrosa que es y luego determinar que no afecta en nada a la salud y que al igual que las demás frutas, ayudan al organismo humano a contrarrestar las enfermedades fulminantes, de estos tiempos modernos.