EMPRESAS
RD ocupa posición 41 entre los 94 países más complejos contable y fiscalmente
Aunque la mitad de los diez países más complejos del mundo en contabilidad, fiscalidad e información financiera son latinoamericanos, hay una tendencia en algunas naciones de la región hacia la simplificación, cuyos resultados no se aprecian a corto plazo, pero se notarán más adelante.
Así lo dijo hoy a Efe el director regional de TMF, Raimundo Díaz, con motivo de la publicación del informe anual de complejidad por parte de ese grupo holandés cuyo negocio es prestar servicios a las multinacionales que desembarcan en un país determinado. Brasil se mantiene en el segundo lugar de esta lista de 94 países, solo superado por China, el número uno de la complejidad, de acuerdo con la clasificación incluida en el informe. El país latinoamericano menos complejo es Costa Rica, en el puesto 71, y el menos complejo en general es Islas Caimán, en el 94. Venezuela está en el 18 en la tabla general y es el número uno del mundo en la que se refiere a complejidad fiscal. México, por su parte, es el primero del mundo en contabilidad complicada Guatemala (25), Ecuador (28), Uruguay (29), El Salvador (32), Paraguay (33), Chile (35), Panamá (37), Perú (38), República Dominicana (41), Honduras (43) y Nicaragua (50) completan la lista de países latinoamericanos en la lista.
Para elaborar este índice, dirigido a empresas que quieren instalar negocios u oficinas en un país diferente al suyo, se tienen en cuenta cuatro parámetros de complejidad ponderados, teniendo en cuenta las normas y reglamentos contables y fiscales en diferentes jurisdicciones y los riesgos asociados con el incumplimiento. El informe de 2018 recoge los datos recopilados en 2017 por TMF, que tiene presencia en América Latina desde 2006 y una oferta de servicios que van desde la constitución de una empresa hasta su liquidación, pasando por la elaboración y el pago de las nóminas, los impuestos y las licencias. En relación al índice anterior, Argentina se hizo más complejo, pues pasó del puesto noveno al quinto, Bolivia subió del duodécimo al séptimo, Colombia bajó del sexto al octavo y México subió del décimoquinto al noveno. Díaz precisa que en el caso de Brasil, Argentina y México hay que tener en cuenta que en esos tres países se están haciendo "verdaderos esfuerzos" para digitalizar la introducción de datos de la contabilidad empresarial, lo que a corto plazo hace más complejos los procedimientos pero a la larga los simplifica. México ha entrado por primera vez en el grupo de los 10 primeros y en gran parte se debe a un cambio significativo en la manera de manejar las facturas electrónicas, dice el informe. En el caso de Colombia, el informe destaca que es importante el descenso de dos puestos en el índice pero sigue siendo un problema los constantes cambios regulatorios y la escasa antelación con que se dan a conocer. Bolivia y su inclusión entre los diez primeros tiene que ver, de acuerdo con Díaz, con el hecho de que los países en vías de desarrollo con mucho peso de la industria extractiva tratan de asegurarse ingresos por vía fiscal de las corporaciones multinacionales, a las que gravan con impuestos especiales, lo que eleva su grado de complejidad. El director para América Latina y el Caribe de TMF subrayó que muchos países están simplificando los trámites fiscales, pero sin bajar el número de impuestos. La excepción es Argentina, que además es el único que simplifica los procedimientos no solo para recaudar más sino también con el ánimo de atraer a inversionistas extranjeros, según Díaz. El informe hace hincapié en la reforma fiscal aprobada a fines de 2017 que, entre otras cosas, disminuye del 35 % al 30 % la tasa fiscal a los ingresos corporativos para los años 2018 y 2019, y al 25 % desde el 1 de enero de 2020. España está en el puesto 34 y, entre los otros países europeos, llaman la atención Italia y Francia, que ocupan, respectivamente, el cuarto y el sexto puesto entre los países del mundo más complejos en contabilidad y tributación. Díaz señala en lo que se refiere a Francia que es también algo a corto plazo, pues están cambiando normas para hacer los trámites más simples y eso implica una complejidad adicional en el corto plazo. En el caso de Italia, su punto débil es un sistema fiscal complicado.