Economia & Negocios

ENFOQUE

Programas de pasantías: de la edad media al futuro

RELACIÓN FORMACIÓN-EMPRESA

Larra Bujalance | Especial para LISTÍN DIARIOSanto Domingo

Gabriela es una de muchas jóvenes dominicanas que está estudiando su secundaria pero que se enfrenta a muchas preguntas sobre su futuro que no sabe responder. En América Latina y el Caribe (ALC), los jóvenes que intentan elegir el camino más adecuado para su desarrollo profesional, sobre todo viniendo de familias con bajos recursos, se enfrentan a demasiadas preguntas y muy poca orientación: ¿qué quiero hacer? ¿qué habilidades necesito? ¿cómo me preparo? ¿dónde están las oportunidades de trabajo? y ¿con qué salarios?

Aunque parezca una moda reciente, es importante señalar que los programas de pasantías en el lugar de trabajo o aprendices han existido desde tiempos inmemoriales, en que las sociedades han tenido la necesidad de transferir conocimiento a sus generaciones más jóvenes. De hecho, parece que se remontan a la época antigua de Babilonia cuando los artesanos necesitaban enseñar sus oficios a las nuevas generaciones. Después, se desarrollaron durante la Edad Media en Europa en forma de gremios de artesanos, que regulaban la producción y designaban maestros que supervisaban la calidad del producto, los métodos de producción y las condiciones laborales para cada grupo profesional. Las pasantías eran un pasaporte para entrar en estos gremios.

En la actualidad, la educación técnica profesional que contempla jornadas de capacitación en el lugar de trabajo u horas de pasantías facilita la transición de los estudiantes de la escuela al trabajo, ya que permite formarlos en habilidades valoradas por los empleadores en una ocupación específica. La publicación del BID “Aprendices para el siglo XXI: ¿un modelo para América Latina y el Caribe?” destaca que más del 80% de los empleadores a nivel mundial están satisfechos con programas de pasantías y lo recomendaría a otros empleadores. Además, en ALC existe evidencia en el caso de Brasil, donde una evaluación de impacto de la Ley de Aprendices indica que, después de completar el programa, los aprendices tienen más posibilidades de encontrar un trabajo formal y ganar salarios más altos que las personas comparables que no participaron en el programa.

Según el BID, existen bastantes elementos beneficiosos en este tipo de programas, como la alienación de la oferta formativa a la demanda de las empresas y las estrategias de desarrollo del país, o la mejora de los servicios de orientación vocacional e intermediación laboral para los jóvenes. A pesar de estas ventajas, los países de ALC están aún muy lejos de las experiencias avanzadas en esta materia y queda mucho más por hacer para crear programas realmente eficaces y sostenibles.

Sin embargo, República Dominicana lleva tiempo innovando en materia de pasantías.

Actualmente existe una valiosa oportunidad de implementar una visión de futuro porque se cuenta con experiencias en elementos que son específicos de los programas de pasantías, como por ejemplo: la relación centro de formación-empresa-estudiante con un plan de capacitación estructurado, o las horas de capacitación dentro y fuera del lugar de trabajo. Además, también se cuenta con iniciativas o políticas públicas que son importantes para el funcionamiento de los programas de pasantías como los trabajos para la puesta en marcha de un marco nacional de cualificaciones, experiencias de colaboración público-privada sobre temas de educación técnica profesional y empleabilidad juvenil o el desarrollo de programas formativos alineados a las necesidades de los empleadores.

Uno de estos ejemplos son las Oficinas de Intermediación Laboral y Pasantías (OILP) que fueron creadas entre 2006 y 2011, bajo el liderazgo de la Fundación Sur Futuro dentro del programa Entra Conectado. Éstas nacen como una experiencia piloto en el Instituto Politécnico de Azua Prof. Teresa Digna Feliz de Estrada y en el Instituto Politécnico Loyola, con el objetivo de apoyar a los jóvenes egresados de cursos técnicos a insertarse en el mercado laboral a través de pasantías.

Escuela/trabajo Posteriormente y desde el año 2014, la iniciativa NEO República Dominicana trabaja, bajo el liderazgo de la Acción Empresarial por la Educación (EDUCA) en un modelo de alianza público-privada entre el Ministerio de Trabajo, el MINERD, grandes empresas privadas y fundaciones del país asumiendo el reto de replicar esta experiencia inicial, pasando de dos oficinas a 28 OILP en politécnicos y Centros Operativos del Sistema acreditados por INFOTEP de 14 provincias del país, multiplicando el número de jóvenes beneficiados que, como Gabriela, necesitan orientación para una transición escuela trabajo exitosa.

No obstante, el BID también nos recuerda que ya no vivimos en la Europa medieval. La velocidad de las innovaciones tecnológicas está generando cambios drásticos en el mundo del trabajo y también generan retos importantes a las empresas y a los países para mantenerse competitivos. En estos tiempos, y más que nunca, se necesita preparar a nuestros jóvenes para enfrentar estos retos que nos depara el futuro del trabajo.

Hoy, Gabriela, gracias a los servicios de orientación vocacional e intermediación laboral de la OILP del Liceo Técnico Parroquial Domingo Savio, logró hacer una pasantía que le ayudó a validar sus conocimientos teóricos y conocer el mundo laboral de una forma estructurada mejorando su experiencia de transición de la escuela al trabajo. Actualmente trabaja como técnica en contabilidad y finanzas en una firma auditora multinacional con grandes sueños por delante.

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