ENFOQUE
Productividad debe ser el eje de la agricultura
Para el 2050 la demanda de cereales en República Dominicana para alimentar a su población se proyecta en alrededor de un 30% más de lo que hoy se consume.
En la actualidad, se ha consensuado que a diferencia de los incrementos de producción pasados, que en general fueron impulsados por la expansión del área de producción, el 70% del crecimiento futuro de la producción ha de proceder de una mejora de la productividad. Se necesitará un desarrollo incluyente que mejore la productividad de los pequeños agricultores con pocos recursos y crear al mismo tiempo oportunidades de desarrollo rural más amplias.
Ese necesario incremento de la productividad depende de unos recursos básicos de tierra y agua en disminución en muchas partes del país y de un medioambiente cada vez más amenazado por la depredación indiscriminada, el calentamiento global y por el cambio climático. Esto es un gran reto, el cual se subraya si adherimos el incremento poblacional proyectado para nuestro hermano gemelo, Haití. Esta realidad de alguna forma debemos convertirla en una ventaja para desarrollar nuestro sector agropecuario nacional.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en inglés) las políticas encaminadas a aumentar la productividad agrícola y la disponibilidad de alimentos, especialmente cuando van dirigidas a los pequeños agricultores, pueden permitir reducir el hambre incluso allí donde la pobreza es generalizada.
Productividad debe ser prioridad Aunque la agricultura del área del Caribe posee similitudes, la de República Dominicana es especial y probablemente una de las más complejas en la región por la diversidad de cultivos que se manejan desde esta pequeña isla. Sin lugar a dudas, la prioridad debe descansar en aumentar la productividad en aquellos cultivos que forman parte de la lista de la canasta de alimentación local y dar prioridad a la seguridad alimentaria de todas las personas.
La agricultura de exportación también posee sus limitantes, sin embargo, los actores presentan otras características (disponibilidad de créditos y tecnologías) que los hacen menos susceptibles a los cambios necesarios para colocar sus sistemas de producción en condiciones de aumentar productividad e inocuidad para competir por el mercado global. La diversidad de condiciones en la isla permite diversificar el tipo de cultivo a exportar y el modelo de producción en un área determinada para un mercado con especificaciones particulares.
Un elemento del mundo de las tecnologías que en los últimos 20 años nos ha llenado de esperanza ha sido la panacea del uso de Organismos genéticamente modificados para incrementar productividad. Sin embargo, un análisis realizado por The New York Times, utilizando los datos de las Naciones Unidas, mostró que Estados Unidos y Canadá no obtuvieron ninguna ventaja apreciable en los rendimientos-alimentos por acre cuando se midieron frente a Europa occidental, región con productores agrícolas comparativamente modernizados como Francia y Alemania. Además, un reciente informe de la Academia Nacional de Ciencias encontró que “había pocas pruebas” de que la introducción de cultivos modificados genéticamente en los Estados Unidos hubiera producido ganancias superiores a las observadas en los cultivos convencionales.
Ante este contexto, ¿con qué herramientas debe trabajarse para incrementar la productividad en la agricultura dominicana?
Después de realizar levantamientos por tres años en las zonas de producción nacional, el Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Coniaf) (2016), junto a otras organizaciones y más de 600 actores del sector ha identificado en su Propuesta Para el Desarrollo Integral del Sector Agropecuario algunos factores transversales que afectan considerablemente la productividad de la mayoría de los sistemas productivos nacionales.
Los hallazgos muestran que hay que trabajar en la definición de políticas públicas del sector agroalimentario: inversión estratégica en infraestructuras para el agua, inocuidad, desconcentración, agro-negocio, agro-procesamiento, investigación, transferencia de tecnológicas y extensión, fortalecimiento institucional en todos los niveles, créditos y recursos humanos. Esas inversiones mejorarían el acceso a los mercados, reducirían las pérdidas posteriores a la cosecha y se ampliaría más la disponibilidad de los insumos necesarios.
DESAFÍOS Para implementar un plan para mejorar la productividad de nuestros cultivos cadenas, como el presentado por el Coniaf, se requiere echar a un lado el inmediatismo, individualismo y protagonismo que nos caracteriza, y unir esfuerzos para trabajar en la implementación de un desarrollo sostenible en nuestro sector y sus actores. Este, sin lugar a dudas, es el camino difícil que hoy o mañana tendremos que enfrentar.
Aun después de la firma del DR-Cafta, la inversión en los elementos transversales que aseguran un incremento de productividad y que tocamos anteriormente (infraestructuras para el agua, inocuidad, desconcentración, agro-negocio, agro-procesamiento, investigación, transferencia de tecnológicas y extensión, fortalecimiento institucional en todos los niveles, créditos y recursos humanos), siempre se ha replegado a un segundo plano, jugando así el famoso juego de la ruleta rusa a costa de la seguridad y soberanía alimentaria y del futuro de nuestro sector agropecuario.
Lo que sí se tiene al día, aceitado, bien organizado y cuidadosamente planificado es el elemento de importaciones de productos agropecuario como tercer eje de la agricultura dominicana y el más importante. Este se ha convertido desde hace un tiempo en el eje más lucrativo para un reducido grupo del sector que siempre está en posiciones de poder bloquear la asignación de fondos a instituciones como las que trabajan en el sistema de investigación y transferencias de tecnología para ayudar al sector productivo a mejorar su productividad. En otras palabras, mientras el presidente de la República se desgasta físicamente tratando de producir sostenidamente donde nunca se había mencionado la palabra agricultura sostenida, otros se benefician exponencialmente con el hecho de que no se produzca nada. No se necesita mucha inteligencia para derivar que en el sector agropecuario de la República Dominicana, el queso lo cuida el ratón.