INTELIGENCIA EMPRESARIAL
Engendro Empresarial
Las empresas exitosas no se crean, se engendran. Con amor, pasión, compromiso, inteligencia y espontaneidad, el emprendedor se arriesga y busca tornar la idea en palpable realidad. Su idea sobre papel es catalogada como audaz e improbable por los demás, mas cuando la empresa se materializa y se rentabiliza todos le dicen al emprendedor con una sonrisa “siempre supe que podías.” Como engendro, la empresa exitosa tiene vida propia. Nace, se desarrolla, se multiplica y evoluciona buscando tomar el cuerpo y la forma de lo que funciona en un mercado donde el antes y después toma lugar en un dos por tres. La clave de su supervivencia está en superar el revés que le depara la inmediatez a través de un plan estructurado con un enfoque a largo plazo. El engendro empresarial, así como el humano y el vegetal, se ocasiona fruto de la unión de dos cuerpos: la oferta y la demanda; la tierra y la semilla; el lápiz y el papel; el hombre y la mujer. Por eso el emprendedor exitoso no se vale por sí solo y forma un equipo que perpetúe su desarrollo. Cual gen que transmite información de generación en generación, el ADN empresarial transfiere su esencia a través de las fusiones y adquisiciones que modifican constantemente su realidad. Ante la adversidad, el gen empresarial es dominante y recalcitrante hasta la saciedad. Ve la crisis como oportunidad, ve la luz en la oscuridad y separando la señal del ruido se diversifica y pone sus huevos en varios nidos. Así, con el tiempo el engendro empresarial se constituye en una estirpe familiar de gran diversidad guardando la unidad de la fe en la visión emprendedora de idear y procrear; de llamar lo que no es como si fuese, haciendo visible lo invisible y posible lo imposible.