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ENFOQUE

Piketty, Medina y la distribución de la riqueza

Thomas Piketty en su ‘bestseller’ y controversial libro titulado “El capital en el siglo XXI” plantea que hoy en día en la segunda década del siglo XXI, la desigualdad de la riqueza que supuestamente había desaparecido, está cerca de recuperar o incluso superar sus máximos históricos; y se pregunta, ¿Cuál es el rol del gobierno en la producción y distribución de la riqueza en el siglo XXI, y que clase de estado social es más adecuado para esta era? La estadísticas indican que República Dominicana es uno de los países latinoamericanos cuyo producto interno bruto (PIB) más ha crecido en los últimos 40 años y donde se registran mayores niveles de desigualdad del ingreso. De acuerdo con las estadísticas del Banco Mundial, el coeficiente de Gini (el más usado para medir la desigualdad del ingreso y la riqueza) ha variado ínfimamente en los últimos 15 años. Eso significa que la composición social del ingreso se ha mantenido prácticamente estática, y que segmentos importantes de la población no han percibido el impacto del crecimiento económico logrado y publicitado en los últimos años. Desde Kuznet y su curva invertida, el trickle down effect (efecto goteo), los hallazgos de Deninger y Squire (1996), Fields (1980), Robinson (1976), Ahluwalia (1976), Alesina y Rodrik (1994), Oshirma (1994), etc. se ha demostrado que no existe una vinculación entre crecimiento económico, desigualdad del ingreso y pobreza. Es por eso que diversas instituciones y autores han planteado que el crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para reducir la pobreza. Las estadísticas del Banco Mundial indican que en el período comprendido desde el año 1996 hasta 2010 se registran muy pocas variaciones en el coeficiente de Gini a pesar del crecimiento económico (PIB) obtenido. Es curioso observar como en los años que se produjeron mayores niveles de crecimiento económico, es decir, 1998, 1999, 2005, 2006, 2007 y 2010, el coeficiente de Gini no experimentó variaciones significativas y en algunos casos aumentó; disminuyendo ligeramente en otros años a pesar de menores niveles de crecimiento económico. El estudio “Reducción de la Pobreza y Crecimiento: círculos virtuosos y círculos viciosos” señala que “en el caso de República Dominicana, el elevado crecimiento de un 6% promedio anual del PIB per cápita durante 1997-2000 fue muy desigual y solamente redujo la pobreza en 1 punto porcentual, y que como resultado de la crisis financiera de 2003-2004, 1.5 millones de dominicanos cayeron en la pobreza”. Es decir, que ni en tiempos de alto crecimiento económico o creación de riqueza ni en tiempos de crisis se ha podido disminuir las inequidades del ingreso. En el período comprendido entre el año 2000 hasta el 2007 podemos ver que el quinto quintil de la población aumentó su porcentaje en la distribución del ingreso año por año, hasta alcanzar en el año 2007, de manera progresiva, el 57%. En contraste con el primer quintil de la población, que cada vez recibía menos porcentaje de la riqueza producida en la nación, oscilando sus valores alrededor del 2.5% y 3.5%. Segmentos Interpretando de otra manera los datos de la desigualdad del ingreso en ese período, podemos observar que el 20% del segmento poblacional de mayores ingresos recibió cerca del 60% de la riqueza, y el 20% de menor ingreso sólo alrededor del 3.5%. Aquellos que se beneficiaron de la riqueza lo lograron porque disponían de mayores capacidades, medios y oportunidades para hacerlo. El informe de seguimiento a los objetivos de desarrollo del milenio de 2013 dice que “la población más pobre recibe una proporción muy baja del ingreso nacional. En los últimos años se observan mejoras distributivas, pero a un ritmo muy lento. Se ha estimado que en 2012 el 20% de la población más pobre recibió el 4.5% del ingreso nacional, proporción que supera en 0.6 puntos porcentuales la del año 2010 y 0.5 la de 2011”. Recientemente el presidente Danilo Medina informó que la pobreza se “redujo de un 42.2% a un 36.2%, desde octubre del 2012 a abril del 2014, y que la indigencia (un nivel más bajo que la pobreza) experimentó una reducción importante al pasar de un 11.1% en octubre de 2012, a 8.6% en abril del 2014, bajando en 2.5%”. El gran reto que tenemos es de lograr que la mayor cantidad de ciudadanos dispongan de las mismas herramientas y capacidades para un mejor aprovechamiento de la riqueza que se produce. Eso no se logra a través de programas asistencialistas, funditas o sobrecitos, sino a través de la creación de empleos productivos, la educación, creando capacidades en la gente, fomentando la innovación, el emprendurismo, apoyando las micro, pequeña y mediana empresa, y permitiendo que sea el sector privado el gran motor de la empleomanía nacional y que los gobiernos jueguen el rol de propulsores de políticas públicas para lograr tales fines. Cada gobierno en su ejercicio da su respuesta a la pregunta que se hace Piketty sobre su rol en la producción y distribución de la riqueza. La administración Medina da la suya al enfocarse en incluir los excluidos y en reducir las desigualdades del ingreso como vía de reducir la pobreza; muestra de ello son las acciones recurrentes de financiamiento a pequeñas y medianas iniciativas empresariales a nivel rural; por lo que luce ser que esa es la razón que sustenta sus informaciones sobre la reducción de la pobreza. Una sociedad más equitativa es aquella donde existe una armonía, respeto y balance entre los roles e intereses públicos y privados, los colectivos y los individuales y donde existe un Estado de derecho que propicia garantías jurídicas y económicas para todos sin distinción y donde la productividad de cada individuo le reditúa beneficios en función de sus esfuerzos.

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