Economia & Negocios

CON EL SUDOR DE SU FRENTE

Navega en busca de su sustento

Dionisio Cortorreal es pescador desde pequeño y asegura que cuarenta años atrás la actividad pesquera en los ríos Isabela y Ozama era muy lucrativa, pero ya no es así.

Cada noche Dionisio Cortorreal prepara su cena, sus utensilios y se lanza en su modesta yola a las turbias aguas de los ríos Isabela y Ozama en busca de los peces que por 27 años le han garantizado su sustento. Las inclemencias del tiempo y el peligro de los barrios circundantes no son obstáculos para él. Su pasión por la naturaleza y las enseñanzas de su padre fue lo que lo condujo a una de las actividades económicas más antiguas en Quisqueya, herencia de nuestros antepasados: la pesca. Si bien a lo largo de su vida se ha dedicado a otras labores, como pescador mantuvo modestamente a sus seis hijos, que han sido su principal impulso en la vida. “Yo empecé este trabajo desde pequeñito cuando le ayudaba a mi papá, que también era pescador y eso se inyectó en mí. Aunque he hecho otras cosas sigo en la pesca porque para mí eso es algo apasionante”, expresa con la convicción de que surcará las aguas de los ríos y mares hasta el final de sus días. Son muchas las vicisitudes que Cortorreal enfrenta cada día: frío, desvelo, pasar la noche a la intemperieÖpero su afán por obtener los ingresos que necesita para pagar los RD$4,500 de alquiler de la casa donde vive y la responsabilidad de cubrir sus demás necesidades básicas lo alienta a no darse por vencido. En esta actividad Cortorreal ha aprendido a desarrollar la paciencia. Reseña que en las temporadas de pocos peces espera por varias horas sin perder la calma “hasta que aparezca algo”. Esto no lo desalienta porque en “los días buenos” sus ventas le generan entre RD$5,000 y RD$6,000. “La pesca no es fácil. Lo más difícil es que tengo que pasarme la mala noche matando mosquitos y que cuando llueve tengo que mojarme. Pero tengo que seguir en esto porque a mi edad ya no puedo conseguir otro empleo. Además no quiero trabajar como empleado”, afirma este hombre de 54 años. Malas temporadasAunque durante la primavera las profundidades de los mares y ríos, como el suelo, florecen por el desove y posterior proliferación de los peces, otras temporadas son muy difíciles y es cuando Cortorreal se ve obligado a buscar otras alternativas para generar dinero. “Hay meses muy precarios, uno coge lucha en los tiempos de lluvia e invierno. Por esas fechas he tenido hasta que pegar blocks”, afirma. Añoranzas Cortorreal relata que su interés por la pesca se despertó muy temprano, porque desde pequeño acompañaba a su padre en esa labor. Es por ello que al hacer una comparación de aquella época con la actual lamenta lo mucho que las cosas han cambiado. Recuerda que cuarenta años atrás la actividad pesquera en los ríos Isabela y Ozama era muy lucrativa, sin embargo, asegura que en los últimos años ha decaído considerablemente producto de la contaminación y la deforestación. “Anteriormente esto (la pesca) era muy prometedor, los ríos proveían bastante. Yo pescaba un quintal de peces en un rato y ahora no. Después que empezaron a verter desechos no hay vida en los ríos. Hay una gran diferencia entre lo que se pescaba antes y lo que se pesca en la actualidad”, rememora con nostalgia al señalar las turbias aguas que otrora fueron “cristalinas”. A su memoria llega el recuerdo de una hermosa y envidiable vegetación bordeando los ríos colmados de peces comerciales, por eso se queja de que los desperdicios de las industrias que en ellos desembocan acabaran con varias especies que allí habitaban. Dice que ahora en la periferia del barrio La Zurza sólo quedan peces de poca demanda como el trigris y el bagre. Agradece que en otras zonas todavía puede encontrar tilapia, róbalo, guabina, cuyos precios oscilan entre RD$70 y RD$80 la libra. Especies comercialesSegún el primer informe GEO sobre el “Estado y perspectivas del medio ambiente” en República Dominicana, publicado en el 2010 por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, los principales recursos pesqueros comercializados en el país son la langosta, el lambí, el camarón y muchos peces demersales (son los que viven cerca del fondo del mar) y pelágicos (viven próximo a la superficie). Cuidado del medioambientePor su constante contacto con el agua y los árboles, Cortorreal ha aprendido a amar esos recursos naturales, los considera fuente de vida de todos los seres vivos. Por ello aboga por su cuidado y exhorta a que el cuidado del medioambiente se convierta en una prioridad nacional. “Cuando tú acabas con la naturaleza estás acabando contigo mismo. Con la contaminación de las aguas y el corte de árboles reducimos nuestro nivel de vida”, manifiesta.

(+)DETALLES SOBRE LA PESCA EN RDGENERALIDADES De acuerdo al primer informe GEO sobre el “Estado y perspectivas del medio ambiente” en República Dominicana, publicado en el 2010 por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el aprovechamiento de los recursos pesqueros constituye una actividad importante en el país, cuyo aporte económico al Producto Interno Bruto en ese entonces era de 0.3%. Establece que en el aspecto social el sistema pesquero dominicano es mayormente artesanal y está compuesto por el sector primario o de captura, que incluye unos 11,138 trabajadores entre pescadores y propietarios de unidades de pesca; y el secundario o de comercialización del producto pesquero, compuesto por unas 17,707 personas.

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