Economia & Negocios

CONFLICTO Y CONSENSO

La transición de la fertilidad

La teoría convencional de crecimiento económico en base a la inversión en investigación y desarrollo (R&D) define que el crecimiento en la productividad laboral está marcado por el crecimiento de la población; sin embargo la data nos demuestra que la aparente correlación positiva entre el tamaño de la población y la productividad se tornó negativa a partir de mediados del Siglo XX. En el papel de discusión No. 140 de septiembre 2012 “El pasado y futuro del crecimiento a partir del conocimiento” para el Centro Europeo para la Gobernabilidad y la Investigación del Desarrollo Económico, los Sres. Holger Strulik, Klaus Prettner y Alexia Prskawetz de la Universidad de Gotinga en Alemania, desarrollaron un modelo econométrico mediante el cual demuestran la aparición histórica del crecimiento a partir del R&D y la consiguiente formalización de la educación en masa y la transición demográfica. La continua transición que aún persiste entre calidad de hijos frente a número de hijos durante la transición descrita, ayuda a explicar el porqué en las economías modernas altos niveles de crecimiento en la productividad y el ingreso, están asociados con niveles bajos o negativos de crecimiento poblacional. Al analizar la visión tradicional que existía sobre los modelos de crecimiento económico, este artículo nos ofrece una visión refinada sobre el factor humano en el crecimiento de la productividad basado en tres factores. En primer lugar, argumentan que no sencillamente es la cantidad de trabajadores que potencializa la creación de ideas y el avance de la productividad, sino más bien el acervo total de conocimiento de dichos trabajadores, es decir la cantidad de capital humano acumulado (Agregado). En segundo lugar, introducen en su modelo la interacción entre la cantidad y la calidad de la mano de obra en sus modelos de crecimiento a partir de R&D. De tal suerte que las familias sustituyen cantidad de hijos por calidad de los mismos. Por último, se dan a la tarea de descubrir los mecanismos mediante los cuales la reducción en el número de hijos incrementa la “calidad” (productividad y niveles de ingreso) en mayor proporción a la caída en la población. Un ejemplo sencillo de esto último, es cómo al reducir el número de hijos, los padres no solo garantizan una mejor calidad de la educación y formación de sus hijos (y por tanto mayor crecimiento del ingreso potencial futuro), sino también se incrementa la cantidad de tiempo disponible por los propios padres para aumentar también sus niveles de ingresos que eventualmente redundan en mayor consumo y gasto en la educación de sus hijos(as). Los autores nos explican cómo cuando el capital humano se tornó lo suficientemente valioso para las familias y las empresas, y la educación en masa se convirtió en la norma, las familias consecuentemente redujeron el número de hijos y los educaron mejor. Durante la transición de la fertilidad, el mecanismo calidad ñcantidad estuvo operando y el crecimiento en el acervo de capital humano más que compensó la caída en los niveles de mano de obra primaria, de tal suerte que el capital humano agregado y el ingreso per cápita comenzaron a crecer a niveles sin precedentes mientras las poblaciones decaían. El modelo desarrollado por este grupo de economistas se ajusta bastante bien a lo ocurrido durante los últimos 200 años en las economías desarrolladas y demuestra cómo su teoría puede predecir de manera correcta el cambio en la productividad, al tiempo que se alinea con otros agregados macroeconómicos (fertilidad, educación, R&D, unidades de trabajo, PIB per cápita) con bastante exactitud. La semana entrante analizaremos el impacto de estos resultados para la confección de políticas públicas en nuestro país.

Tags relacionados