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Economia & Negocios

URBANISTA DE CABECERA

¡Por favor señor alcalde, “pimpéenos” este parque!

Marcos Barinas UribeSanto Domingo

“Pimp My Ride” es un show de MTV dónde jóvenes de California presentan las pésimas condiciones en que están sus vehículos con el objetivo de que el rapero Xzibit personalice sus autos con accesorios innecesarios, curiosos o muy vistosos. En República Dominicana la acción de “pimpear” está vinculada a personalizar un objeto, engalanándolo o dándole un “tune up”. Se pimpéan los vehículos, los cuerpos y las casas, pero también se pimpéan contenes, aceras y hasta parques. Recientemente, el Ayuntamiento del Distrito Nacional ( ADN ) ha reinaugurado dos parques que son parte de la memoria colectiva de la ciudad: El antiguo zoológico en La Esperilla y el Parque Eugenio María de Hostos en el Malecón, ambos en la circunscripción número 1 del municipio. Estas remodelaciones van a tono con la política de trabajar sobre espacios públicos existentes que ha llevado la actual gestión del ADN. Política que ha descuidado la creación de nuevos espacios públicos en las circunscripciones que más lo necesitan. De acuerdo a la página web del ayuntamiento, las circunscripciones 1 y 2 concentran la mayor cantidad de espacio público por habitante del Distrito Nacional con 16 metros cuadrados de área verde por persona. La Circunscripción 3 apenas concentra 0.9 metros cuadrados por persona, a pesar de ser la que más habitantes y densidad poblacional tiene. Cualquier acción sobre parques existentes en la circunscripción número 1 o 2 es más bien accesoria y contribuye muy poco a la mejoría de la calidad de vida de la ciudad en general. En una ciudad con tantas carencias, el “pimpéo” de espacios públicos existentes con estatuas, columpios, gimnasios, vallas promocionales, piscinas temporales o luces celebrando la navidad generan sin duda un éxito popular temporal. Pero es en este tipo de éxito que estriba el peligro de estas intervenciones, el Ayuntamiento se ha dejado llevar por la inercia de un urbanismo accesorio y propagandístico que no tiene verdadera vocación de permanencia cívica. Al enfocarse solo en remodelar espacios públicos que ya fueron gestionados por otras administraciones se personaliza el valor cívico del espacio urbano y se desnaturaliza la continuidad de la gestión urbana. Si las piscinas colectivas en semana santa han sido un gran éxito de convocatoria para las clases populares, ¿No prueba esto la necesidad que tienen los barrios de la circunscripción 3 de tener los espacios públicos que ahora no poseen? Si el éxito comercial de Brillante Navidad se ha logrado a partir de gestionar voluntades del sector público y privado, ¿No prueba esto la capacidad del liderazgo administrativo de la ciudad para generar soluciones mas permanentes y relevantes? Estos dos aspectos: poder de convocatoria y gestión apropiada, son importantes para una adecuada planificación urbana que debería cumplir con orientar las inversiones de producción de nuevo espacio público en las zonas con mayor déficit por habitante. Un tercer aspecto es la participación ciudadana que exija al municipio suplir las necesidades de sus demarcaciones. Solo así podremos abandonar la política de “pimpéo y piezas nuevas” del gobierno municipal.

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