Desigualdad tributaria es competencia desleal

La libre competencia empresarial dentro de un marco de reglas claras y preestablecidas, donde todas las empresas de un mismo sector estén reguladas de igual manera y donde no existan entre ellas discriminaciones ni privilegios irritantes, es esencial para el desarrollo económico de un país. No puede hablarse de libre competencia cuando una empresa paga sus impuestos y las otras del mismo sector disfrutan de amplias exenciones fiscales o de favoritismo de las autoridades para no pagar o pagar menos que las demás. Durante muchos años hemos criticado la amplia evasión tributaria que existe en nuestro país, donde los importadores subvalúan y meten contrabando, donde los empresarios llevan doble contabilidad y donde los profesionales son grandes evasores. Sin embargo, y aunque la evasión no se justifica, existen causas que contribuyen a promover la evasión fiscal o de lo contrario se tiende a quebrar o desaparecer. Una de estas causas es competir en un plano de desigualdad tributaria. Si las autoridades conceden exenciones de impuestos a mis competidores y por el contrario yo tengo que pagar impuestos, es lógico que los bienes y servicios que ofrezco al público serán más caros que aquellos que ofrece mi competencia. Asimismo, si las autoridades recaudatorias me exigen a mí que pague mis impuestos, pero no le exigen igual a mis competidores, ya sea por amiguismo, partidismo político o “contribuciones”, entonces yo estaré en desventaja competitiva. Es por esta razón que el gobierno nunca podrá pensar en reducir la evasión tributaria si se mantienen los privilegios de las exoneraciones y las discriminaciones entre los contribuyentes. La desigualdad tributaria alienta la evasión y atenta contra la libre y sana competencia. El más poderoso, el que tenga más “enllaves” en el gobierno, eliminará a sus competidores con la ayuda de las autoridades. Por eso al hablarse de reforma tributaria y de control de la evasión, primero debemos establecer y aplicar reglas claras, igualitarias y competitivas, donde todos seamos iguales ante las leyes, todos paguemos impuestos y a todos el Fisco nos exija de igual manera el cumplimiento de nuestros deberes y obligaciones.