ALIMENTO
El arroz, producto político y cultural del dominicano
ACTUALMENTE LA PRODUCCIÓN LOCAL RONDA POR LOS 11,155 QUINTALES
Santo Domingo.- Santiago Bernard no tiene “mañas” en el paladar. Puede saciar su hambre con cualquier alimento. Pero si al finalizar el día no se ha comido un “buen plato” de arroz no se atreve a decir que su estómago se siente realmente satisfecho. “A mí me gusta mucho el arroz. Imagínate. Uno se crió comiendo esos granos blancos”, dijo el padre de familia al explicar los motivos de su preferencia alimenticia. En este país su caso no es muy particular. Todos los días de la semana millones de dominicanos y dominicanas se sientan alrededor de la mesa familiar a disfrutar de las bondades del cereal que es un elemento inseparable de la gastronomía criolla y un producto que provoca desestabilizaciones sociales y políticas al escasear o subir de precio. Actualmente la producción nacional de arroz sobrepasa los 11,155 quintales por año, y está a cargo de más de 30,000 productores de acuerdo con las explicaciones del Departamento de Fomento Arrocero de la Secretaría de Estado de Agricultura (SEA). El 36% de las plantas que contienen estos miles de millones de “granitos blancos” crece en la región Nordeste, específicamente en las fincas arroceras de San Francisco de Macorís, Bajo Yuna, Nagua y Cotuí. En la región Noroeste se produce en los sembradíos de Dajabón, Villa Vazquez, Castañuela, Proyecto Bajo Yaque del Sur, Mao, Esperanza y Jicomé, crece el 35.7% de la producción. El 17% se da en la zona Norcentral, que incluye campos de La Vega y Moseñor Nouel, mientras que en la región Suroeste, entre San Juan y Azua, se cultiva el 6.3% del arroz dominicano. Santiago tiene el 1.5% de las tierras arroceras y entre Monte Plata, Villa Altagracia, Sabana de la Mar y San José de los Llanos se reparte el resto de las fincas dedicadas a la siembra del alimento rico en carbohidratos. Existen dos modalidades de cultivo: Bajo riego -con abundante agua- y al secano, a expensas de la lluvia. Las zonas arroceras señaladas suman 1.8 millones de tareas. Sin embargo, el área nacional bajo cultivo supera los 2.8 millones de tareas. ¿Cómo así? Sencillo. Si las condiciones climáticas y de mercado son favorables, un productor puede realizar en la misma finca más de una cosecha por año. Después del primer corte, en abril, las plantas bien tratadas retoñan. Y si continúan las buenas condiciones ambientales, los campesinos recogen contentos el “bitoño”, que es la tercera cosecha de una misma planta. Este aprovechamiento del terreno no se da todos los años ni en las mismas regiones. Cada cultivo adicional depende de los criterios del productor. Mercados y preciosComo es un producto inseparable de la dieta nacional, la demanda de arroz aumenta conjuntamente con la cantidad de habitantes. Para comprobar esta relación basta recordar que en 1999, con una población de 8 millones 116 mil habitantes, el país tuvo un consumo aparente de 9,308 quintales. Ahora, con una población estimada de 9 millones 523 mil habitantes, el consumo ronda por los 10,875 quintales. La SEA asegura que “somos autosuficientes” en materia de arroz, pero todavía los procesadores locales no pueden competir en otros mercados porque sus costos de producción son muy elevados al compararse con los de Estados Unidos, Tailandia, Vietnam y otros países dedicados a la exportación. “No somos competitivos. El arroz que producimos es arroz para consumo del pueblo dominicano nada más”, afirmó, Manuel González Tejera, asesor técnico de la Secretaría. ¿Cuánto le cuesta al dominicano una libra de arroz? “Un mismo arroz, de la misma calidad”, puede tener tres y cuatro precios diferentes, dice González Tejera, porque entre los productores hay mucha competencia. En un supermercado usted puede comprar la libra de arroz a RD$18, mientras otro lo vende a RD$22. “Es una cuestión de oferta y demanda y de calidad”, agregó. Ni el Gobierno ni los productores pueden darse el lujo de permitir especulación general en el precio del arroz, porque éste representa la quinta parte de los gastos de alimentación de las familias pobres. “Es un cultivo político. A la gente no le gusta que le jueguen con su arroz”, apunta el experto, recordando algunas de las movilizaciones sociales que se producen cuando “el arroz, nuestro de cada día” se encarece. “El arroz es parte de nosotros, es nuestra bandera”, sentencia Santiago Bernard, negándose a cambiar de hábito alimenticio sustituyendo el producto. HISTORIA DE LA DIETA NACIONALEl arroz es la semilla de la planta conocida como Oryza sativa, procedente de la zona Sur de Asia. Comenzó a ser cultivado en occidente a partir de los viajes de Alejandro Magno a la India, dos siglos antes de Cristo. A la isla de Santo Domingo llega después del descubrimiento de América. En la comunidad de Yabacao, al norte de la capital, se registró el primer cultivo, en en año 1512.Las primeras siembras importantes comenzaron a darse a mediados del sigo XIX, en el territorio que hoy pertenece a la provincia Duarte. El cultivo fue expandiéndose hasta que Rafael Leonidas Trujillo elaboró políticas nacionales de producción de arroz. Es durante la dictadura que la población dominicana cambia el consumo de maíz por el de arroz. Trujillo incentivó la producción e hizo bajar las importaciones del cereal.Entre los productos derivados del arroz están el arroz partido -vendido a Haití-, y en cascarilla.