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COMUNICADO

AI atribuye matanzas en dos cárceles de Brasil a negligencia y hacinamiento

Amnistía Internacional (AI) criticó ayer la negligencia de las autoridades y el hacinamiento en las cárceles brasileñas y apuntó estos factores como corresponsables de dos matanzas en la ciudad de Manaos, en las que murieron sesenta reclusos.

En un comunicado, la ONG recordó que el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj), en el que se registraron 56 muertes durante el motín de 17 horas que se inició en la tarde del domingo, albergaba más de 1.200 detenidos, pero su capacidad era de solo 454, de acuerdo con datos de la Secretaría de Administración Penitenciaria de Amazonas.

"El hacinamiento y las pésimas condiciones del Compaj, así como del sistema carcelario de Amazonas como un todo, ya habían sido denunciados por el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) y por el Mecanismo Nacional de Prevención y Combate a la Tortura", señaló AI.

No obstante, agregó la entidad, "las autoridades no adoptaron las medidas necesarias y la situación solo se deterioró".

En 2013, el CNJ y el Tribunal de Justicia de Amazonas identificaron que el 78 % de los detenidos tenían órdenes de prisión preventiva, o sea sin tener sus casos juzgados.

En ese sentido, la presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF) y del CNJ, Carmen Lucia, propuso en diciembre pasado la necesidad de realizar un nuevo censo de la población carcelaria por parte del estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) con apoyo del Ejército.

La titular de la máxima corte del país y el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, se reunirán este miércoles en Brasilia para tratar del asunto.

Luego del encuentro, la alta magistrada viajará a Manaos para encontrarse con los presidentes de los tribunales de los estados que integran la región de la Amazonía (Amazonas, Acre, Rondonia, Roraima y Pará), más los de Maranhão y Río Grande do Norte, ambos del nordeste.

La matanza de presos en el Compaj fue la segunda mayor en la historia del sistema carcelario de Brasil, después de Carandirú, como se conoce la masacre que en 1992 acabó con la vida de 111 reos en un presidio de Sao Paulo.

Además de las 56 muertes en el Compaj, se registraron otras cuatro igualmente el lunes en una cárcel rural de Manaos, en ambos lugares por el enfrentamiento entre bandas que lideran una guerra del crimen organizado, la cual llegó al interior de los presidios del país.

La Asociación de Jueces para la Democracia (AJD) se sumó a las críticas de AI y otras entidades y calificó la matanza como una "tragedia anunciada".

"La tragedia del Compaj corrobora la necesidad de la sociedad y del Estado brasileño de reflexionar sobre tal política condenatoria. Es necesario desprenderse de la creencia en el Derecho Penal como única solución de los problemas estructurales, como la violencia consecuente de la pobreza y de las desigualdades", subrayó la AJD.

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