Revisemos el mundo interno

Cada día urge revisar nuestras actitudes, pero lo que precisamos es un nuevo corazón para atesorar esperanza, retos. Ante esas expectativas pregunto: ¿Por qué aferrarnos a la pareja, hijos, amigos, trabajo, familiares, fama, fortuna, para al final tener nada? Continuamos vacíos como un desierto seco, baldío, desolado, y al final descubrimos que el problema y la solucion está en el área espiritual.

Necesitamos un nuevo corazón que ame al prójimo, perdonador, que no juzgue y que sea humilde. Permitir en estos días de tribulaciones que Dios nos moldee y sane dolores, heridas, ansiedades, angustias, odio, envidia, ira, soberbia, búsqueda de fama, poder...

Al transformar egoísmo en amor vendrá calma y armonía, acabarán las batallas y nada ni nadie nos perturbará, pues si hay sanidad interior no hay enfermedad física porque de lo que hay en el corazón habla la boca. Ten presente que la salud física y la del espíritu siempre van de la mano, no las descuides.