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Viaje

Antigua: una isla que vive del sol

En vez de provincias, la nación se divide en parroquias, cada una con nombre de santo. Durante nuestro recorrido entramos a Todos los Santos, cuya principal característica es la piedra verde, típica de esta zona.

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Carmenchu Brusíloff/Alexis Ramos B.Santo Domingo

Viajar en crucero ofrece la facilidad de no tener que hacer y deshacer maletas para visitar varios países (aunque cada uno por pocas horas). Así llegamos a Antigua y Barbuda, una nación que lleva el nombre de dos islas de las tres (la tercera, Redonda, es inhabitada al igual que muchas islitas) que la conforman. Como en Inglaterra, los vehículos tienen el guía a la derecha y se maneja por la izquierda. Cuenta apenas con algo más de 93,000 habitantes.

En el muelle, listos para tomar el tour, comprando a bordo del barco Zenith, nubes oscuras amenazan lluvia. Mas la guía adopta una actitud positiva: “Es sol líquido”. Es que con sus 365 playas, “la isla vive del sol”. Al poco rato, luce resplandeciente el astro rey. (Mi hijo Alexis y yo elegimos un tour por tierra, pues las playas no llaman nuestra atención. Las tenemos muy lindas en República Dominicana).

En autobús cruzamos el centro de la capital, St. John. Desde la ventana, a la derecha, “el estanque del pueblo. Antes daba agua a la ciudad. Ahora lavan con ella los vehículos”. Prosigue la marcha. De muy moderna arquitectura, la Iglesia Católica. “Colón no pisó tierra aquí. Nos vio de lejos y la nombró Santa María de la Antigua. La gente decía que el nombre era muy largo para una isla tan pequeña y se quedó en Antigua. Antes, los arawaks que la habitaron la llamaban la Tierra del aceite, aludiendo al aceite de manatí”.

En la carretera un enorme cartel reproduce las figuras de seis héroes nacionales. (Dos están vivos). A la izquierda, un antiguo ingenio azucarero está siendo preparado para convertirlo en museo. Más allá, en el estadio de cricket, deporte que enardece a los lugareños, los asientos están pintados formando la bandera de Antigua. (Entre los mejores jugadores de cricket del mundo figura un nativo de Antigua, Sir Vivian Richards, uno de los héroes vivos). Igualmente destaca la guía como asunto curioso que Antigua sea “la única isla del Caribe donde se crían vacas blancas. Fueron traídas de la India porque aguantan la sequía”.

En vez de provincias, la nación se divide en parroquias, cada una con nombre de santo. Entramos a Todos los Santos, cuya principal característica es la piedra verde, típica de esta zona. A nuestro paso vemos una iglesia que, construida con tal piedra, proyecta un peculiar encanto. La guía señala, además, muchas casas de madera de igual tamaño que son propias, pero asentadas en terreno ajeno. Por tal razón están hechas de manera que pueden ser trasladadas con una grúa y llevadas por las calles hasta otro punto. En cuanto a los tanques pintados de negro sirven para recoger el agua de lluvia de los tejados.

Magníficos paisajes En el trayecto nos apeamos en un par de miradores. En uno, Shirley Heights, contemplamos la más hermosa vista de Antigua: el magnífico panorama de puertos donde atracan numerosos veleros de diferentes tamaños, incluso uno de cinco mástiles. Tantas embarcaciones reunidas tiene una razón: a la fecha de nuestra visita (martes 28 de febrero de este año 2017) se preparan para una regata.

A corta distancia, a campo abierto donde el viento azota con fuerza, impresionan sobre el mar las oscuras lenguas de tierra de extrañas formas que, aún siendo pequeñas penínsulas dan a primera vista la apariencia de islotes, alguno con residencias que apenas se vislumbran. Confundida entre las rocas está la casa de Eric Clapton, el cantante, guitarrista y compositor británico. A una pregunta mía, la guía responde que aquel entorno lo conocen como Arroyo del Indio, porque en él descubrieron restos del pueblo arawak. En la ruta vemos ruinas de la fortaleza Dows y de un hospital.

Arribamos al complejo militar aledaño a Nelson’s Dockyard junto al English Harbor, o Puerto Inglés. (El Astillero Nelson honra al Vicealmirante Horatio Nelson, héroe de la batalla de Trafalgar donde fue herido de muerte. Cuando tenía el rango de capitán estuvo de servicio en Antigua). Deambulamos junto a la casa de guardia que hoy aloja un restaurante, pasamos frente a varios edificios, entre ellos el antiguo hospital, y vemos en lo alto la Fortaleza Dows.

Mientras señala hacia el puerto, el guía de este lugar explica en inglés (traducido por la guía que nos acompaña) que en tiempo de la colonia tiraban una cadena de lado a lado para no dejar entrar los barcos. (Así hacían los conquistadores españoles en el río Ozama, en Santo Domingo). El complejo comenzó a levantarse en 1725 como base de la escuadra inglesa que patrullaba las Indias Occidentales. En ese entonces “ni tabaco, ni mujeres ni perros” podían entrar. “Las mujeres eran de mala suerte”. Aunque el guía se apresura a agregar que “ahora una mujer se encarga del astillero. Es el único astillero de la época que aún funciona en esta parte del mundo. Y gracias a ustedes, los visitantes, está abierto”. La restauración de todo este entorno, según cuenta, fue motivada y realizada principalmente por empresarios locales.

Durante la media hora libre que tenemos aprovecho para tomar un delicioso smoothie de frambuesa en el café del Hotel ‘Copper and Lumber Store, un hotel que funciona en uno de los restaurados edificios. Todas las construcciones (de los siglos XVII y XVIII) se mantienen en igual plano que siglos atrás.

Café. En la barra del hotel Copper and Lumber Store, en el antiguo complejo militar de Nelsons Dockyard, preparan deliciosos smoothies.

Deportista. La figura en cera de Siur Vivian Richards, campeón de cricket y uno de los
héroes de Antigua.

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