Toros y civiles

Aunque soy enemiga de la violencia y temerosa del que la utiliza, me dejé seducir por la idea de conocer el carnaval de Monte Cristy.

El móvil era presenciar una pelea entre toros y civiles, para entender por qué los habitantes de esta ciudad se aferran a una tradición que parece fuera de estos tiempos. Había oído hablar sobre estos enfrentamientos donde supuestamente en una lucha salvaje caían orejas, sacaban ojos y laceraban cuerpos, así que con más miedo que vergu¨enza me dispuse a presenciar estos famosos encuentros que aglutinan no solo el pueblo, sino también sus autoridades y representantes. Para mi sorpresa pude captar que la lucha con historia sangrienta, se ha convertido en el arte de manejar el látigo con una destreza tal, que al hacerlo sonar, da la impresión que castiga al oponente, aunque la mayoría de las veces ni lo toca. Yo diría que es unarte marcial que, como los demás, se rige de reglas que los participantes respetan y honran.

Por ejemplo: 1). Los toros, que están protegidos con disfraz y careta, pueden ser tocados con el fuete en todo su cuerpo, en cambio no pueden tocar al civil de los hombros hacia arriba, porque su cabeza está al descubierto. 2) Cuando un toro se quita la careta, inmediatamente el civil debe bajar el látigo y ahí termina la contienda. 3) Pasado el enfrentamiento, las dos partes, no importa si han sido agredidos por su oponente, olvidan agravios, y aquí no ha pasado nada.

Raíces, tradición y cultura se conjugan cuando los látigos resuenan, las masas se enardecen, y los participantes exhiben el orgullo de pertenecer…