¡Por fin ha estallado la paz!

Por fin la paz se entroniza como bandera en Colombia. Un país castigado por una zozobra interminable que minimizó la famosa guerra de los mil días en la que Gabriel colocó a su personaje, el coronel Aureliano Buendía. Esta guerra contra una guerrilla que acabó siendo la mayor traficante de cocaína del mundo, que desgastó a Colombia moral y físicamente. No hay familia en Colombia que no tenga una anécdota qué contar sobre las FARC. Cuando no fueron víctimas de secuestros, fueron desalojadas de sus predios, impedidas de cultivar sus campos, aterrorizadas en las ciudades, víctimas de minas antipersonas, obligadas a huir de su tierra en una diáspora interminable. En Colombia no se podía transitar por las carreteras libremente, siempre estaba presente el terror de un ataque, además de que en muchas carreteras había que pagar un peaje a los terroristas. Varias generaciones se levantaron en ese ambiente de zozobra, aquello se convirtió en algo corriente sin que la palabra paz, formara parte de su vocabulario. Ahora por fin ha estallado la paz. Como toda negociación, esta es imperfecta y hay mucha gente en contra, pero la paz se ha introducido en el alma de los colombianos, rogamos porque sea duradera.