Orientación
‘Me decepcionó mi pareja’ una voz experta
Si la causa es por superación personal es importante la comprensión, y si es amorosa, debe haber arrepentimiento y perdón. En todos los casos se debe acudir a la comunicación.
La decepción es común en todas las relaciones humanas. En lo que tiene que ver con la pareja, la situación se torna muy delicada. En sentido general, cuando nos decepcionamos es porque esperamos algo y no lo recibimos, ya sea material, emocional o sentimental.
En las relaciones de pareja, cuando estamos con una persona, queremos que nos responda de una forma específica, y cuando por alguna razón no lo hace en la proporción en la que pensamos que lo debería hacer, viene la decepción, la cual se basa en la esperanza que se pone en lo que se siente y que entendemos que debemos recibir, pero que no se recibe en el momento o en la medida en que se espera.
Los cumpleaños, aniversarios y otras fechas importantes son especialmente sensibles, porque es en esos momentos en que se espera una celebración a través de la retribución material o sentimental de la relación. Sin embargo, esto se contrapone al concepto de amor verdadero, según el cual ese sentimiento, cuando es puro y real, no espera nada a cambio y es totalmente incondicional.
Aunque el amor, socialmente llamado verdadero, se entiende como un sentimiento puro y limpio, que no necesita retribuciones, este concepto cambia por las necesidades que todo ser humano tiene. Todo amor que se da necesita de una gratificación que demuestre que también se ama al otro.
Es importante aclarar que, en la pareja no solo llega la decepción cuando hay infidelidad. También nos llega este sentimiento cuando queremos que nuestro novio o esposo se empeñe en avanzar, en aprender, progresar y en fin, lograr una meta que entendemos es la que conviene para fortalecer la relación.
Cuando no pasa lo que esperamos y en cambio, vemos que ese hombre o esa mujer con quien compartimos nuestra vida, no muestra el debido empeño en lograr el objetivo que, a veces aunque personal, da frutos que favorecen el bienestar de la pareja, entonces aflora ese sentimiento de derrota, que termina acabando hasta con la relación. Hay que tratar estos casos con mucho tacto.
Hacer comprender a la persona sin llegar a herir, es lo que se recomienda. Hay que tener claro que la desilusión puede vencerse haciendo uso de la comprensión y sobre todo, de la comunicación.
Ahora bien, cuando se da por asuntos de infidelidad, tiene que haber un arrepentimiento para que haya perdón y se pueda comenzar de nuevo. Es asunto de poner ambos de su parte para lograr el objetivo. Evitar ser reincidente es un buen paso para fortalecer la relación y hacer que la decepción sea cosa del pasado. De ahí la importancia de no mantenerse siempre sacando a flote esos hechos pasados que provocaron la desilución.