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Mujer

Dominicana es jueza en el Bronx

Familia. Como toda gran mujer, Fiordaliza ha sabido lidiar con los roles que le toca desempeñar al sexo femenino. Su esposo Eliezer Rodríguez también es abogado y comprende su compromiso, pero ello no le impide que dedique tiempo a sus hijos Miguel y Cristian.

Familia. Como toda gran mujer, Fiordaliza ha sabido lidiar con los roles que le toca desempeñar al sexo femenino. Su esposo Eliezer Rodríguez también es abogado y comprende su compromiso, pero ello no le impide que dedique tiempo a sus hijos Miguel y Cristian.

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Providencia / Rossi Pujols Especial para LDNueva York

La mujer dominicana ha alzado sus alas y ha volado muy alto. Algunas han cruzado fronteras en búsqueda de posicionarse en puestos que dejan muy bien parado al país. Fiordaliza Rodríguez es una de ellas. Es la primera dominicana en ser designada jueza de la corte de familia del Bronx, en Nueva York.

Tiene 16 años de intensa labor en el área de la justicia de Estados Unidos. Sin embargo, su posición, no le ha robado su capacidad de asombro ni la genuina sonrisa que le caracteriza. Sin embargo, su sed de justicia está por encima de su propia sensibilidad. Aplica la ley a todos por igual.

El orgullo que siente de poder representar a la comunidad latina, en particular a los dominicanos, a la mujer, y a los inmigrantes en sentido general le brota por los poros. Con sencillez, humildad, pero firme en sus convicciones, Fiordaliza asegura que: “estoy inmensamente orgullosa de que el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, haya puesto en mis manos este gran compromiso, el cual honraré tomando las decisiones con cuidado, sin prejuicios, sin una noción preconcebida, simplemente aplicando la ley a los hechos, sin importar quien los presente, como lo he hecho hasta ahora”.

La cordialidad y el respeto que irradia la dominicana en su corte, que es la número 11, se siente al instante de entrar a su ambiente de trabajo. Allí recibió con un cálido abrazo al equipo de reporteros de LISTÍN DIARIO, y sin poses ni arrogancia, habló de sus inicios y de las dificultades que tuvo que sortear en una sociedad como la norteamericana, tan distinta a la dominicana, donde nació y vivió antes de irse con sus padres y hermanos, cargando siempre con el sueño de convertirse en la primera abogada de la familia.

El lado humano “He aprendido a ejercer mi carrera siendo justa, respetuosa, calmada, tratando de hacer mi trabajo lo mejor posible. Trato de que quienes vengan a mi corte sientan que han sido escuchados, porque las personas nunca olvidan un buen trato, aunque en ese momento la ley no esté de su lado”, explica.

En la corte de familia que dirige, ve a diario casos de negligencia contra los infantes, tutela, custodia, paternidad, delincuencia juvenil, adopciones y violencia doméstica. Considera que la violencia doméstica tradicionalmente se trataba entre familia a puerta cerrada, y que la mejor manera de evitar la situación, es educar en el hogar, y orientar a la gente sobre la existencia y ubicación de las organizaciones que proveen los servicios para ayudar a las víctimas y enseñarles a defenderse”, cuenta.

Cuenta la jueza dominicana que dentro de su trayectoria está el haber sido presidenta del Colegio de Abogados Dominicanos en Nueva York.

La historia de Fiordaliza Rodríguez en Estados Unidos comenzó cuando apenas tenía 10 años de edad. Desde siempre sus padres le inculcaron la importancia de la educación para alcanzar las metas. Su vida laboral comenzó cuando apenas tenía 14 años. Luego se graduó con honores en la escuela de leyes de la Universidad de Cuny, ganándose el doctorado. Fue entonces cuando decidió hacer su carrera en el mundo de la justicia de Estados Unidos, incorporándose a la administración de servicios de niños en la misma corte que hoy se estrena como jueza.

Cuenta que luego trabajó como abogada independiente y en el panel de la corte, representando a los padres, niños y adultos. Fue asignada como árbitro en la corte de familia, siendo la primera dominicana en ejercer el cargo en Estados Unidos, en el cual permaneció por siete años hasta su más reciente designación por 10 años como jueza de la corte de familia del Bronx.

Le satisface el hecho de venir de una familia trabajadora, con valores morales firmes. Es la menor de tres hermanos, y está casada con el también abogado, activista comunitario y deportivo Eliezer Rodríguez; madre orgullosa de Miguel, de 13 y Cristian, de 10 años. Es una activista comunitaria por convicción y cinturón azul en taekwondo, aunque nunca ha sentido ningún temor por la actividad que desarrolla, pero eso le ayuda a estar siempre a la expectativa.

Altruismo “Mi trabajo es para toda la comunidad. Lo bueno es que soy dominicana y con esta posición ponemos al país en el mapa de la justicia norteamericana, porque eso no es tan común como debería ser”, asegura Rodríguez, al momento de confesar que no ha sido fácil conquistar una posición de tanta trascendencia como esta. “Pero siempre he tratado de buscar la manera de atravesar los obstáculos en mi vida, siempre he trabajado duro, mis padres eran trabajadores, mi papá en el área consular, y mi madre se dedicaba a una factoría de hacer almohadas que tenía. Con su afán nos enseñaron el valor del trabajo”.

Aunque desde niña soñó con ser abogada, jamás imaginó que llegaría tan lejos. Está a un paso de la Corte de Apelación o la Corte Suprema de Nueva York. Asegura sentirse cómoda tomando decisiones en su estrado. “Es que yo nací para hacer esto y Dios me lo puso en el camino”, concluye.

Rodríguez coloca a RD en el mapa de la justicia norteamericana.

Distinción. Por sus méritos, Fiordaliza Rodríguez fue reconocida entre las 25 mujeres más destacadas por Bronx Time Reporter 2015.

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