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OFTALMOLOGÍA

“Morning glory”, una anomalía poco común

SE TRATA DE UN SÍNDROME CONGÉNITO QUE SUELE DESARROLLARSE EN LA NIÑEZ

La vista es considerada como una de las más importantes capacidades que tienen los seres vivos. Por tal motivo hay que cuidarla, a pesar de que hay problemas de visión que se desarrollan y se escapan de las manos de la ciencia. Tal es el caso del síndrome de “morning glory”, una anomalía que el oftalmólogo Juan Ubiera describe como un síndrome congénito, y que se desarrolla más en las mujeres. El oftalmólogo especifica que este síndrome se manifiesta en el disco óptico donde produce un hueco en forma de embudo en la pared posterior del globo ocular, éste es rodeado por un anillo elevado de pigmento coriorretiniano y se asocia a la distribución radial de los vasos sanguíneos, provocando un tejido glial blanco que ocupa la posición de la copa óptica normal, causando una masa blanca e impidiendo la visión correcta. El contacto del ojo con la luz sobre esta lesión produce un reflejo blanquecino, que causa una pupila blanca conocida también como leucocoria. Según aclara Ubiera, es imposible distinguir entre venas y arterias del ojo en las personas afectadas. El diagnóstico de esta anomalía se establece en las personas con presencia de estrabismo (desviación de los ojos), ambliopía (disminución de la visión), nistagmus (movimiento involuntario de los ojos) o leucocoria (pupila blanca). Además se puede manifestar en las personas con otras anomalías como miopía, astigmatismo o hipermetropía. ConsecuenciasEl especialista señala que los afectados de “morning glory” presentan problemas de visión en el ojo afectado; los casos más leves causan pérdida de la visión de profundidad o la percepción de colores, mientras que los casos más graves pueden causar ceguera. El síndrome de “morning glory” está asociado con graves anomalías del sistema nervioso central. Ubiera también indica que se relaciona con anomalías endocrinas, renales o respiratorias, con uno de los componentes del síndrome Charge, y en algunos casos hipertelorismo o fisura palatina. Una consecuencia muy peligrosa de este síndrome es el aumento del riesgo de desprendimiento de retina. Ubiera explica que si el desprendimiento de retina se produce, en la mayoría de los casos no es corregible por lo que se pierde completamente la vista en el ojo afectado. El oftalmólogo aclara que el “morning glory” suele confundirse con el retinoblastoma, un tumor de la retina. Pero el efecto más común que manifiesta esta anomalía es la fatiga visual por el uso excesivo del ojo no afectado. SíntomasSegún Ubiera, los primeros signos notables del síndrome por lo general no aparecen hasta después de los primeros doce meses de vida del niño. Con respecto a esto el doctor manifiesta que los infantes que están afectados tienen problemas de equilibrio al sentarse o caminar, y con frecuencia inclinan la cabeza hacia el ojo bueno para corregir la percepción sesgada del mundo. También se identifican como síntomas en la niñez las caídas que tiene el afectado en esta epata de la vida mientras camina, además puede chocar con objetos que se colocan en su lado ciego. El niño también desarrollará un “ojo perezoso”, o un ojo que desvía seriamente fuera del punto fijo. Este síndrome se diagnostica a través de la dilatación pupilar y el examen del disco óptico, ya que los signos por sí solos no constituyen un diagnóstico. La desventaja de padecer este síndrome es que no existe tratamiento. Deben detectarse todas las anomalías asociadas, con el fin de tratarlas cuando sea posible. Un dato curioso que ofrece el oftalmólogo es que el nombre del “morning glory” está dado por la similitud de la flor que lleva el mismo nombre con el ojo afectado. (+)EL PACIENTE PUEDE LLEVAR VIDA NORMALSi su niño presenta este síndrome no se sienta aterrada, pues el oftalmólogo indica que los niños con “morning glory” pueden llevar una vida relativamente normal. Este síndrome no suele impedir a las personas realizar actividades como manejar automóviles, hacer deportes, leer, etcétera. Algunas, como la gimnasia y el patinaje sobre hielo, son mucho más difíciles para los pacientes con “morning glory”, debido a la percepción de peligro del mundo y el sentido distorsionado de equilibrio, pero aún es posible. Los lentes de seguridad se deben usar por el resto de la vida del paciente.

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