SIN PAÑOS TIBIOS

Y llegó mayo

Sin esperarlo, llegó mayo. Atrás quedó el conteo de días que precedía a cualquier análisis político, pues apenas quedan 19 días para las elecciones y 17 de campaña. Ahora, más que deleitarse en retórica o cuestionar ejecutorias de administraciones pasadas o presentes, lo que toca es apurar el paso en materia electoral.

Queda poco tiempo y salvo una externalidad no prevista o una variable imponderable, los resultados finales deberían ser cónsonos con las proyecciones de la mayoría de las encuestas. En esa lógica, corresponde arreciar con actividades externas que maximicen exposición y proyecten imagen de fortaleza, aún a sabiendas de que el trabajo político a nivel de cuadros partidarios será lo crítico. Esto es, desplegar estructuras de movilización de votantes en todos los niveles; entrenar los equipos electorales que “defenderán” el voto en cada mesa; garantizar la “logística”… y que la misma no se pierda en el camino, etc.

Los días que quedan se contarán por horas, y así como unos se enfocan en la fecha fatal, otros se concentran en el más allá después de mayo. Y es que en función de los resultados no sólo se estará decidiendo quién será el presidente de la república para el periodo 2024-2028, sino también –en cada partido– cómo se reconfigurarán los engranajes del poder y cuál será la nueva correlación de fuerzas a lo interno.

Para el PRM, a corto plazo, el resultado le favorecerá en todos los sentidos. De concretarse las predicciones de la mayoría de las encuestas, Abinader se impondrá mayoritariamente en una primera vuelta su partido logrará los legisladores necesarios para imponer una mayoría mecánica en ambas cámaras.

Su problema real no será el 19 de mayo, sino el 17 de agosto, cuando despierten de su letargo los demonios de las tendencias partidarias que hasta ahora han decidido postergar el enfrentamiento inevitable (¿?). El desafío de Luis será hacer un mejor gobierno, con medio gobierno trabajando y pensando en cómo lograr la nominación presidencial entre los pre candidatos visibles; que proyectos presidenciales sobran, pero cordura, prudencia y unidad no pueden faltar.

Si los supuestos se confirman, ¿estaremos asistiendo en este “todos contra Omar” –en el que un PRM unido trabaja por la candidatura de Guillermo–, más que a una lucha por una senaduría, al nacimiento del relevo en vida de Leonel Fernández (previsiblemente llamado a perder)? Los grandes líderes dominicanos (Horacio, Trujillo, Balaguer, Bosch, Peña) no tuvieron relevo genético, pero tampoco tuvieron hijos políticos con un perfil electoral tan alto… Si Leonel pierde, puede que pierda todo, en cambio Omar, aún perdiendo, gana.

Después del debate de ANJE, Abel puede mirar el futuro con optimismo, pues pudo proyectarse como un candidato potable y con garras; capaz de echar el pleito en el 28 afuera, y de imponerse por mérito propio adentro.

En el terreno de las especulaciones, cualquier afirmación es válida. En los hechos, quedan 19 días para las elecciones presidenciales, y cuatro años y 21 días para las de 2028.

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