Osiris de León
Ríos Ozama e Isabela están seis veces más contaminados
SE HAN CONVERTIDO EN CLOACAS URBANAS QUE RECIBEN GRAN CARGA DE MATERIA FECAL
La contaminación de los ríos Ozama e Isabela es seis veces más alta del nivel en el que debería estar. El porcentaje de impureza apto para ambos afluentes es de cuatro a cinco miligramos por litro, estando en la actualidad en veinticinco.
“La demanda bioquímica de oxígeno es la que mide la cantidad de materia orgánica que está presente en el agua. A mayor demanda bioquímica de oxígeno, mayor materia orgánica en el agua, o sea, contaminación. En el caso de los ríos Ozama e Isabela la materia orgánica está compuesta en su mayoría por materia fecal, estando de veinte a veinticinco miligramos por litro, cuando debe estar de cuatro a cinco”, reveló el ambientalista Osiris de León.
Manifestó que en la actualidad la carga de contaminantes que están recibiendo los ríos Ozama e Isabela es mucho mayor que la que recibía anteriormente.
Contaminación fecal “Los ríos Ozama e Isabela están altamente contaminados, mayormente de contaminación fecal, porque esas zonas marginales no tienen sistema de alcantarillado sanitario ni mucho menos una planta de tratamiento, sumado a que a las industrias que depositan sus desechos en ambos ríos no se les ha obligado a instalar plantas de tratamiento de sus afluentes”, dijo De León.
Expresó que los desechos bacteriológicos y todo el desecho químico de las empresas termina en el cauce de los ríos Ozama e Isabela, a lo que se suma la basura de las cientos de familias que viven a orillas de los ríos que como no le recogen la basura, debido a que no hay acceso para los camiones recolectores de basura, se deshacen de la basura tirándola a los ríos.
“Esas personas realizan esa mala acción bajo la excusa de que el río es un adecuado medio de transporte que se lleva la basura, y de manera vergonzosa vemos que hasta en los canales de riesgo la gente tira la basura con la falsa creencia de que el agua se lleva la basura para otro lugar”, dice.
La gran contaminación, de acuerdo al ambientalista, está disminuyendo el oxígeno disuelto en las aguas de los ríos Ozama e Isabela, lo que provoca que haya menos reproducción de la fauna.
“Esa es la razón por la que es muy difícil que se pueda pescar algo en el río Ozama e Isabela, porque al haber tan poco oxígeno disuelto, los peces no pueden vivir”, revela.
Se extingue fauna del agua Dijo que la materia orgánica presente en ambos ríos, está consumiendo el oxígeno disuelto en el agua, lo que hace que la fauna del agua no pueda sobrevivir.
Lo mismo pasa en el Mar Caribe, dice De León, al explicar que esa contaminación que está saliendo por el río Ozama termina en el mar, situación que afecta el medio costero marino.
De León reconoció que el Gobierno ha hecho algunos esfuerzos, los cuales se evidencian con el saneamiento de las cañadas del Arrozal y la de Banavides, pero conducir los desechos sanitarios es un trabajo que no han sido completados, porque no tienen una planta de tratamiento que reciba esos desechos sanitarios que elimine la alta carga de bacterias.
“Lo que el Gobierno ha saneado es el entorno residencial para que la gente no esté caminando sobre las heces fecales, pero esos trabajos realizados por el Gobierno van directamente por un sistema de canalización y termina en el cauce del río Ozama, debiendo terminar en una planta de tratamiento”, dice.
(+) EL TRASLADO DE LOS RESIDENTES EN ORILLAS De acuerdo a De León, lo que el Gobierno debe hacer es realizar más proyectos como La Nueva Barquita, porque primero sacaron un entorno urbano que estaba conviviendo justo a la orilla del río y sus desechos sólidos y líquidos los estaban tirando ahí, trasladándolos a un residencial con un sistema de alcantarillado sanitario y con una planta de tratamiento.
“El Gobierno debe priorizar la construcción de plantas de tratamiento para sanear ríos como el Ozama e Isabela y otros ríos del país que están en igual situación como río Haina; Yuna; Yaque del Norte, entre otros”, citó.
Expresó que los residentes en las comunidades tienen que parar el lanzamiento de sus desechos, y por otro lado el Gobierno tiene que asumir la tarea de construir sistemas de alcantarillados con las plantas de tratamiento para evitar la multiplicación de las bacterias que generan que tanta gente tenga que ir diariamente a los hospitales por enfermedades gastrointestinales.
“Esas enfermedades están directamente vinculadas al uso y consumo de aguas contaminadas con bacterias que vienen asociadas a las heces fecales que salen de tantos hogares”, explicó.