SALUD MENTAL

Los grandes miedos del ser humano: el morir y el volverse loco

EL DIRECTOR DE SALUD MENTAL DEPLORA HISTÓRICA INDIFERENCIA

“El país tiene una deuda social con los enfermos mentales. El trastornado mental siempre ha sido un paria histórico de la sociedad”, expresa Ángel Almánzar, director general de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública al referirse a esa etapa “funesta” del Psiquiátrico.

Consideró que contrario a las personas que padecen otras enfermedades, los trastornados mentales no tienen la capacidad de abogacía y el respaldo de entidades sin fines de lucro para lograr la sensibilidad de una sociedad que se ha mostrado históricamente indolente, burlona e indiferente ante su condición.

“El ser humano común y corriente es el primero que se mofa del enfermo mental, lo denosta y no quiere verlo en su camino, porque es sucio, porque hiede”, precisó Almánzar, quien asegura que la inauguración del CRPS constituye el primer intento serio de humanizar y dignificar la atención en salud mental, aunque admite que se trata apenas del comienzo.

Psiquiatras y otros actores vinculados a la atención en salud mental consideran que será un proceso largo y profundo erradicar de la mente de la sociedad dominicana la vinculación de estos enfermos con el número 28 y la palabra “Manicomio”.

“Es una historia desgraciada y en el caso de República Dominicana es peor”, considera el psiquiatra Sánchez Martínez, quien laboró en el hospital psiquiátrico Padre Billini por unos 35 años, primero como jefe de servicios y luego como coordinador de la residencia de Psiquiatría.

El presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, Julio Chestaro, considera que al igual que su generación vio el disco de pasta y el VHS, pero la actual desconoce eso, el tiempo se encargará de que esa etapa de 28 y Manicomio se borre de la mente de la sociedad.

El dirigente del gremio estima que ha sido un gran paso el cierre del antiguo Psiquiátrico y la puesta en servicio del CRPS, hace tres meses, pero advirtió que el gran reto es evitar que el nuevo centro se convierta por descuido y falta de mantenimiento en un nuevo depósito de enfermos.

El cierre del antiguo del Psiquiátrico fue una de las recomendaciones de la “Declaración de Caracas” emitida en Venezuela el 14 de noviembre de 1990 durante la Conferencia sobre Reestructuración de la Atención Psiquiátrica en América Latina y que, entre otras cosas, planteó que la atención psiquiátrica convencional no permite alcanzar los objetivos compatibles con una asistencia comunitaria, descentralizada, integral y participativa.

Planteó que un hospital psiquiátrico, como única modalidad asistencial, solo contribuye a aislar al enfermo de su medio, generando de esa manera mayor discapacidad social, así como condiciones desfavorables que ponen en peligro los derechos humanos y civiles del enfermo, precisamente lo que ha predominado en el país a lo largo de casi 170 años.

Y ni siquiera los profesionales de la conducta escapan del estigma, pues suelen llamarles peyorativamente “loqueros” y la mayoría de las personas que acude a estos especialistas lo oculta por considerarlo una vergu¨enza.

Los psiquiatras lo resumen de la siguiente manera: el ser humano tiene dos grandes temores, a morir y a volverse loco.

NOTA DEL EDITOR

Juan Salazar

JEFE DE EDITORES DE LD

El autor de este trabajo estuvo dos meses en contacto con enfermos mentales, incluida una semana en el Centro de Rehabilitación Psicosocial (CRPS), el antiguo Psiquiátrico, junto al fotorreportero Jorge Cruz. LISTÍN DIARIO agradece a la ministra de Salud, Altagracia Guzmán, y al director de Salud Mental, Ángel Almánzar, así como al personal de la cartera y del CRPS, por las facilidades otorgadas para esta serie de reportajes.

Tags relacionados