La mayor satisfacción en la larga carrera del empresario Rafael Bisonó es ver la mudanza de una familia humilde a uno de los techos económicos que ha construido, y aportar desde ahí a la unificación de la familia dominicana, una de las concepciones que tiene sobre los hogares y la vida.

Y su éxito cree que ha estado ligado a la satisfacción de sus clientes, que propagan con el boca a boca la fama de buenos constructores que pesa a su apellido familiar.

Don Tato Bisonó asegura que lo mercurial es secundario en la vida y que el mayor motor de sus días es su familia y la gente que le rodea, personas que han comprado algunas de las 30,000 unidades familiares que ha levantado en el país.