DELINCUENCIA
El peligro de poseer un celular inteligente
CONSIDERAN QUE LA DELINCUENCIA PODRÍA DISMINUIR SI A LOS POLICÍAS LES AUMENTAN EL SUELDO
Hace algunos años tener un celular inteligente era un lujo, ahora es un reto. En los últimos meses los asaltos para despojar a las personas de sus celulares se han incrementado de forma drástica, realidad que convierte en toda una odisea el transitar a cualquier hora por las vías del país.
Debido a esta situación muchos dominicanos se han visto obligados a tener que dejar en sus hogares los celulares, aunque el objetivo por el que lo compraron sea totalmente el contrario.
Testimonios Vielka Montero, de 21 años, quien es licenciada en Comunicación Social, cuenta que hace unas semanas fue la tercera ocasión que la asaltan a punta de pistola para quitarle su celular.
“En este último atraco, eran las 9:00 de la mañana y estaba esperando que una amiga a la que fui a visitar me abriera la puerta. En ese lapso viene un hombre en un motor y me dice: no grites, no corras, solo dame el celular si no quieres un tiro”, relata.
Dice que lo primero que pasó por su mente era no ser una víctima más que sale en los medios de comunicación, de los que titulan: mataron a una joven por resistirse a entregar el celular en un atraco, e inmediatamente, sin pronunciar ni una sola palabra lo entregó.
Expresa que actuó tan rápido en entregar el celular, porque en otra ocasión le habían puesto una pistola en la cabeza para quitarle su móvil.
Revela que para ella fue muy frustrante ese último asalto, porque el celular que le quitaron, el Samsung S5, lo había comprado con su primer sueldo y tenía con él un año y algunos meses.
“Para los jóvenes que trabajamos para cubrir el gasto de la universidad es muy difícil adquirir algo. Por eso es muy fuerte que venga alguien de la nada y te quite lo que compraste con tanto sacrificio ofreciéndote un tiro si no lo haces”, lamenta.
Revela que cuando ocurrió ese último asalto no quería volver a salir de su casa por miedo, y aunque siente que lo ha superado, el miedo no se ha ido.
Agrega que puso una denuncia ante la Policía en el último caso, y ellos dijeron que darían respuesta en 15 días laborables: “Ya han pasado semanas y no me han dicho nada”.
Thalía Loret Guzmán, estudiante de estomatología, también ha vivido la dramática experiencia de ser despojada de sus pertenencias en tres ocasiones.
Manifiesta que la última vez que fue atracada iba para la casa de una amiga, y eran alrededor de las 5 de la tarde.
“Iba caminando, pero en ningún momento me pasó por la mente lo que podía suceder. Cuando estoy llegando se me acercan dos hombres a bordo de un motor, me sacan una pistola y me dicen: dame todo. El miedo que sentí en ese momento fue terrible, estaba totalmente en shock. Yo no le respondí ni nada, simplemente entregué”, cuenta.
Explica que los desaprensivos le quitaron la cadena, el reloj, un anillo, los audífonos, un Ipad “y para mi mala suerte, cuando ellos se iban, el celular que tenía en el bolsillo sonó y también me lo quitaron”.
Expresa que no puso ninguna denuncia ante las autoridades, porque entiende que en el país no vale la pena.
Dice que en las otras dos ocasiones que fue asaltada le quitaron un celular. En la segunda ocasión un motorista le pasó por el lado y le arrancó la cadena que llevaba puesta.
“A pesar de todo no vivo con miedo, porque ya este es el diario vivir de los dominicanos”, deplora.
Considera que quizás la delincuencia pudiera reducirse si le aumentaran el salario a los Policías, porque actualmente, según dice, hasta ellos cometen actos delictivos.
Otra víctima de los desaprensivos es Ignacio Moya Vargas, quien cursa el cuarto de bachillerato y tiene 18 años.
Narra que se dirigía a comprar algo de comer en la avenida Venezuela, pero lo que tenía menos presente era que ese día le quitarían el celular más caro que sus padres le habían comprado, el Iphone 6 Plus.
“Yo iba caminando como a las 7 de la noche y vienen dos en una guagüita, me enseñan una pistola y me dicen que no mirara para los lados, que le diera la cartera y todo lo que tenía. Yo inmediatamente le di todo porque estaba muy nervioso y no sabía ni cómo actuar”, dice.
“Lo primero que entregué fue el celular que tenía en la mano, después la cartera, ahí tenía RD$2,000”.
Cuenta que había muchas personas en el lugar, pero no dio ninguna señal porque ya le habían advertido.
(+) OTRA FORMA DE ASALTO El método de desplazarse armados en motocicletas, abordar a sus víctimas y despojarlos de sus pertenencias es el mecanismo principal, pero también hay otros, como el que le pasó a Flora Herrera, de 20 años, cuando se dirigía a visitar a una amiga que estaba enferma. “Eran aproximadamente las 3 de la tarde cuando iba para donde mi amiga. Cuando estaba a punto de llegar, una mujer se me acerca y me pide un minuto para llamar a su padre que supuestamente la iba a buscar”. Cuando la joven está llamando le pregunta dónde ella vive, “...y yo le dije. Realmente me investigó en cuestión de segundos, me hizo otras preguntas y yo inocente-mente le respondí todo.
En ese momento ella me tira algo por la cara, como un polvo, y desde ese momento no supe más de mí hasta horas después”. Explica que la desaprensiva la mandó en un taxi próximo a su casa y cuando se desmontó fue que comenzó a tener conciencia de lo que estaba pasando. Relata que inmediatamente reacciona revisa la cartera y se da cuenta que no tenía su celular ni un dinero que estaba en la cartera. “Comencé a llorar mucho y no sabía lo que iba a hacer. Minutos después me calmé un poco y me fui caminando para mi casa”.