ENTREVISTA

Fundación llama a celebrar la vida

Diregentes. Pilar Sánchez, presidenta de la Fundación Ángeles de la Guarda (derecha) y Jeanette Taveras, psiquiatra de la entidad.

Diregentes. Pilar Sánchez, presidenta de la Fundación Ángeles de la Guarda (derecha) y Jeanette Taveras, psiquiatra de la entidad.

Pilar Sánchez ha decidido ir más allá de las estadísticas. Desde hace tres años es parte de las personas que han perdido un pariente por suicidio. Pero el dolor y el estigma de una realidad que aún persisten, fue el motor que la impulsó a crear la Fundación Ángeles de la Guarda, un proyecto que desde hace un año le ha permitido evitar a 25 familias el trauma que a ella la ha marcado para siempre.

“Para mí fue muy fuerte cuando esta noticia llega a mi casa. De ahí nace la idea de crear este proyecto para orientar a la población acerca de qué debe ver, escuchar y hacer cuando se da cuenta que un pariente cercano tiene ideas suicidas y sobre todo cómo identificar las señales”, expresa Sánchez, a quien le resulta inevitable ocultar las emociones al recordar cómo nació la fundación que preside y mucho más cuando confiesa que tenía conocimiento del tema por su contacto habitual con sicólogos y siquiatras.

Las alertas que dio su hermano Miguel Eduardo Sánchez, quien tenía 26 años cuando se quitó la vida, ahora trata de que no pasen desapercibidas para otras familias, pues de ser una persona feliz, que cuidaba su alimentación, su físico y que hasta discutía con su otra hermana por el control del televisor, se convirtió en un ser ausente y desinteresado.

“En los últimos meses él estuvo bastante depresivo y empezó a abandonar todas esas cosas. No comía, no iba a la peluquería, no se cambiaba, y cuando veía televisión con mi hermana le decía pon lo que tú quieras”, añadió.

Sánchez logró sobreponerse al sentimiento de culpa que le acompañó por no identificar esas señales y ahora, aunque en medio de limitaciones por el escaso apoyo que recibe, la Fundación que lidera posee un local en la avenida Privada, próximo a la Sarasota, con un consultorio donde asisten a pacientes con ideas suicidas o que han intentado hacerlo, además de sus familiares, pero también despliegan una ardua labor de orientación mediante charlas, conferencias y material instructivo que llevan a escuelas, colegios, universidades, centros comunitarios y cualquier otro lugar donde se necesite su mensaje preventivo.

La mayoría de los casos llegan a la entidad por llamadas telefónicas o contactos por las redes sociales de las propias personas o de familiares y allegados. Cuatro especialistas -psiquiatras y sicólogas- acompañan a Sánchez en el manejo de los casos que incluyen terapia familiar, manejo de duelo, terapia sexual, psicología clínica e incluso la donación de medicamentos a los pacientes.

“Este proyecto lo sustentan primero mis colaboradores, los especialistas que hacen realidad este proyecto, y mi pasión. Yo me he dedicado porque pienso que esta es la misión a la que Dios me ha traído a la vida, y eso es lo que me motiva. Yo pago el local y cuando un paciente no tiene para cubrir los medicamentos reunimos el dinero entre todas para comprarlos”, indicó Sánchez, quien es licenciada en Publicidad.

Con el lema “Celebra la vida” como estandarte, el equipo de profesionales que trabaja junto a Sánchez realiza su labor de manera voluntaria y todos los servicios son gratuitos para los pacientes y sus familiares, incluidos los fármacos para el tratamiento.

Familiares La presidenta de la Ángeles de la Guarda precisa que las familias son muy importantes en la prevención de los suicidios. “Cuando llega un paciente lo primero que hacemos es hablar con la familia, porque la familia se hace de la vista gorda, o no quiere ver, o simplemente dice eso no va a pasar en mi casa, y nosotros le advertimos que si puede pasar”.

Sugirió a las familias estar alertas cuando un pariente deja de comer, pasa demasiado tiempo en su habitación, baja su rendimiento en los estudios, las frases que dice y que coloca en las redes sociales, ya que son evidencias de que una situación emocional, sentimental o depresiva incide en esa persona.

LA CAMPAÑA: “OBSERVAR, ESCUCHAR Y AYUDAR” El pasado 27 de agosto llamó la atención de la sociedad el caso de una adolescente embarazada de 17 años que intentó suicidase lanzándose al vacío en el túnel de la avenida 27 de Febrero con Máximo Gómez. También esta semana un prestamista agobiado por problemas familiares se quitó la vida tirándose al agua en el malecón de Barahona.

Para evitar hechos similares que reseñan con frecuencia los medios de comunicación, la Fundación Ángeles de la Guarda lanzará el próximo martes la campaña “Observar, Escuchar y Ayudar”, con ocasión de celebrarse el 10 de septiembre el Día Internacional de la Prevención del Suicidio.

La presidenta de la Fundación considera que la mejor manera de abordar estos casos es observando, escuchando y tomando cualquier alerta o amenaza de suicidio en serio y de inmediato buscar ayuda, pues se trata de situaciones que hay que asumirlas como emergencias.

Pidió el apoyo de los medios de comunicación para esta campaña e incluso con la manera en que manejan las informaciones sobre suicidios porque podrían contribuir a incentivarlos.

“Porque una persona que en ese momento está viendo la noticia o leyendo el periódico, quizás tiene situaciones que no sabe manejar, se siente aislada, depresiva, y puede pensar que el suicidio es la única salida a su situación”, indicó Sánchez, quien considera inapropiado que medios incluso publiquen la nota de despedida que dejó el suicida o las imágenes de una persona que se ahorcó o se dio un tiro.

Las alertas La psiquiatra Jeanette Taveras, del equipo de profesionales integrado a la Fundación Ángeles de la Guarda, explica que la decisión de suicidarse es una suma de factores, incluidos sociales, sicológicos, genéticos y biológicos.

Advirtió que las tasas de suicidios se han incrementado a escala mundial en los últimos años, incluso convirtiéndose en la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 24 años, y República Dominicana no está exenta de esa realidad tan desgarradora.

Citó que entre las causas que cada día las exigencias en la sociedad aumentan, con un mayor nivel de estrés y horas laborales, falta de oportunidades, pérdida de valores y el consumo de alcohol y drogas, así como la indiferencia de los gobiernos respecto a la atención de la salud mental de los ciudadanos.

“Para la magnitud que ha alcanzado el suicido los esfuerzos en el país siguen siendo pocos. No es sólo un problema de salud mental o de psiquiatría. Es un problema de salud pública que nos compete a todos, porque donde ocurre un suicidio afecta todo el entorno y trae repercusiones en la familia y en la sociedad”, refirió.

Taveras llamó a fortalecer la prevención, debido a que las tentativas de suicidio son tres veces mayores que los hechos consumados, y en muchos de esos casos la persona vuelve a intentarlo hasta que finalmente lo logra, por la falta de intervención oportuna.

Estigma Pilar Sánchez destacó que el estigma que provoca un suicidio en las familias dificulta la prevención, porque se niegan a buscar ayuda.

Entiende que algunas señales y expresiones que utiliza una persona que piensa en suicidarse son también maneras de solicitar ayuda, porque prefiere no decirlo directamente. “El mundo no vale nada”, “Yo no hago nada vivo”, “Me siento solo”, “Dios se ha olvidado de mí”, son frases que, a juicio de Sánchez, la familia suele obviar. “Hay un detonante que lleva a la consumación del suicidio, pero regularmente antes la persona da señales claras y evidentes”.

Además de Sánchez y Taveras, en la Fundación cuentan con el apoyo de Roxanna Suazo, psicóloga clínica y terapeuta familiar; Lucero Mañón, psicóloga clínica, y Carmen Sosa, psicóloga experta en manejo de duelos.

La Fundación está dispuesta a brindar apoyo a mujeres bajo amenazas de sus parejas o exparejas, porque muchos de esos casos cuando se consuman terminan con el suicidio del feminicida.

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