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ENFOQUE

El Estado fallido

Lo primero que debemos hacer es retirar nuestra solicitud de ser parte de Caricom. Para nosotros esa membresía no tiene importancia.

El mercado binacional que funciona en la frontera con Jimaní permite a los haitianos abastecerse de diversos productos en territorio dominicano. Sin embargo, el gobierno haitiano mantiene un veto a la entrada de pollos y huevos producidos en RD y este fin de semana lanzó una advertencia contra la harina dominicana.

El mercado binacional que funciona en la frontera con Jimaní permite a los haitianos abastecerse de diversos productos en territorio dominicano. Sin embargo, el gobierno haitiano mantiene un veto a la entrada de pollos y huevos producidos en RD y este fin de semana lanzó una advertencia contra la harina dominicana.

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Hugo Guiliani CurySanto Domingo

Los dominicanos hemos sido generosos con Haití. Nuestro Presidente ha ejercido el arte de la prudencia y su gobierno ha sido sincero y explicativo a nivel internacional. Pero aun así los ataques, acusaciones y el desplazamiento de haitianos hacia este lado se han recrudecido.

Hace ya mucho tiempo que Baltasar Gracián en su obra “Arte de la Prudencia” nos decía: “Los hombres sinceros son amados, pero engañados”. Mientras que Nicolás Maquiavelo en “El Príncipe” advertía: “Todo hombre que intenta ser bueno todo el tiempo caerá frente a otros que no lo son”. Eso es lo que nos ocurrirá si no cambiamos de estrategia.

En diplomacia existe lo que se conoce como “Poder Blando” el cual fue difundido por J. Nye. Pero también existe el llamado “Poder Duro”. Estados Unidos usualmente aplica en su política exterior una combinación de ambos conceptos basándose en la escuela de pensamiento que postula el realismo y el interés. Un famoso ex presidente norteamericano Teddy Roosevelt acuñó una famosa frase “Habla con suavidad y lleva un buen garrote. Si así lo haces llegaras lejos”. Eso es lo que debemos hacer en el caso haitiano.

Debemos continuar explicando lo que dice nuestra Constitución y el Plan de Regularización así como los resultados de su aplicación. Pero debemos estar conscientes que los que nos adversan seguirán atacándonos. No debemos hacer una pausa en este tema. Y es hora ya de actuar diplomáticamente a la ofensiva y no a la defensiva como ha estado sucediendo. Pero debemos hacerlo con estrategias, tácticas y firmeza que nos conduzcan hacia nuestros objetivos y metas. En consecuencia debemos actuar en seis frentes diferentes:

1 Con Estados Unidos. Es la nación de mayor poder a nivel mundial. Nosotros en América Latina somos junto a Costa Rica, el país con la democracia de mayor duración sin interrupción. En el Caribe y Centroamérica somos su principal socio comercial. Pero con los norteamericanos hay que saber cómo piensan y actúan. Son pragmáticos y respetan a los amigos que no le temen y le dicen verdades aun cuando no sean de su agrado. Eso es lo que debemos hacer con ellos y el caso haitiano. Pero no quisiera decir algo que no haya hecho y por ello nada mejor que un ejemplo. Estando en el 2002 en Washington como Embajador, se me llamó desde el Departamento de Estado Norteamericano para informarme que nuestro país sería colocado en la peor categoría como violador de los derechos humanos por el tráfico de niños haitianos hacia República Dominicana. Cuestione el informe que habían preparado y les dije unas cuantas cosas. Pero no creo que este sea el lugar para indicar lo que dije e hice, sino más bien para señalar los resultados obtenidos. Logré revertir la decisión del Departamento de Estado cuando el Presidente Bush emitió la “Determinación Presidencial 2003-35”. Es necesario hacer algo parecido a lo que hice y hacerlo como lo hice en aquel entonces que fue al más alto nivel.

2 Con el CARICOM: Lo primero que debemos hacer es retirar nuestra solicitud de ser parte de esa agrupación. Ellos no nos quieren admitir y para nosotros esa membresía no tiene importancia. Es un mercado muy pequeño y ya tenemos un acuerdo comercial con esa región. Además tendríamos que asumir otros compromisos que no son de nuestro interés. A modo de ejemplo el tener que integrarnos a la llamada Corte de Justicia del Caribe.

Lo que si debemos hacer y mantener es el EPA que tenemos con la Comunidad Europea en CARIFORUM y el mejorar nuestras relaciones bilaterales con algunos de esos pequeños países y sus líderes.

3 La Organización de Estados Americanos (OEA). Es una organización fallida que necesita ser re-estructurada en sus objetivos y a lo interno. En la OEA se habla mucho y se hace muy poco. Nada bueno obtendremos de ella. Debemos reforzar nuestra presencia y participar activamente con el grupo de países que han manifestado la necesidad de que la OEA sea reformada o que de lo contrario va a desaparecer. Hace medio siglo que el Dr. Alberto Lleras Camargo lo dijo al renunciar a la Secretaria General de la OEA “La organización no es buena ni mala en sí misma. Las debilidades de la organización son las de los gobiernos. Flaqueza para actuar coordinadamente y en conjunto”. El informe de la OEA del 29 de julio, revela que cuando actuamos con firmeza los resultados son diferentes. Sin embargo también en el contenido de ese reporte hay graves señalamientos que no podemos aceptar. Eso ocurrió al indicar que aquí existen personas que no tienen una nacionalidad reconocida. Eso no es verdad y tenemos que mantenernos vigilantes y no aceptar la intermediación de una OEA que sigue falseando la verdadera realidad. Establecer nuestras condiciones para dialogar y hacerlo cuidando que nuestras conversaciones estén enmarcadas dentro de los lineamientos de nuestra constitución, leyes migratorias y los tratados que hemos firmado.

4 La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH): Esa corte que nos condenó, tiene numerosas deficiencias. La primera es que se ha parcializado y se ha hecho dependiente de algunos países que le suministran fondos y los cuales aun siendo miembros de la OEA no se han incorporado a esta Corte. Igualmente la CIDH no se ha renovado en los aspectos doctrinarios. Por ejemplo la Corte Europea de Derechos Humanos ha desarrollado una doctrina llamada “margen de apreciación” con la cual han buscado respetar el derecho soberano que tienen los países miembros de interpretar y aplicar concepciones diferentes en materia de derechos humanos. Mientras que en este lado del mundo, la Corte Interamericana (CIDH) actuando con una agenda politizada y bajo la influencia de ciertas organizaciones privadas se ha excedido en el ejercicio de sus competencias y ha evacuado sentencias que han resultado inadmisibles y que de aceptarse violarían las constituciones de países soberanos y constituirían a la CIDH en un poder supranacional. No podemos permanecer pasivos frente a la condena que nos hicieron. En consecuencia debemos activarnos y cuestionarla. Podemos hacerlo uniendo esfuerzos con los países que ya han realizado iniciativas para reformar el papel actual de esta corte.

5 En las Naciones Unidas: Debemos neutralizar acciones contrarias a República Dominicana que puedan surgir en este foro multilateral. La presencia y calidad de la diplomacia dominicana debe fortalecerse en esta organización y abogar por una mayor transparencia y obtención de mejores resultados con los fondos que utiliza Naciones Unidas para ser destinados hacia Haití. Las Naciones Unidas han gastado cuantiosas sumas de dinero teniendo militarmente intervenida a Haití. Pero aun así ha permitido un enorme desplazamiento de personas hacia este lado y a la vez ha fracasado en la reconstrucción de Haití.

- Acciones a realizar frente a Haití 6.1 Es un Estado fallido. El contagio con Haití nos hace daño y pudiera conducirnos a una situación como la de ellos. Dos estados fallidos en una misma isla no se justifican y podrían ser convertidos en solo uno. En consecuencia debemos actuar para que eso no suceda. De no resolverse esta situación, estaríamos encaminándonos hacia un incierto futuro. Por ello debemos propugnar que Naciones Unidas haga un fideicomiso en Haití. Como eso no es posible debido a que Haití es parte de las Naciones Unidas, cuyos principios se basan en la igualdad soberana de sus miembros. Pero resulta que el artículo 77 en su acápite (C) podría abrir una brecha para buscar una solución a la inmutabilidad del principio de igualdad soberana con la realidad de un pueblo que necesita desesperadamente la ayuda internacional.

Eso podría lograrse con la aceptación de las dos partes para formar lo que he llamado un gobierno compartido. Bajo el cual los haitianos continuarían gobernando a su país pero cederían a que sea la Comunidad Internacional que maneje todos los recursos externos provenientes de donaciones y los préstamos externos que se obtengan para ser utilizados en la ejecución de un plan de reconstrucción durante un periodo de 15 años.

Como parte de ese proceso y con la finalidad de hacer más viable el desarrollo haitiano, se ha planteado reducir la carga demográfica de esa nación. Eso es posible con una reducción de un 30% de la población actual, es decir tres millones de personas que podrían ser absorbidos en un periodo de diez años por países que económicamente pueden hacerlo, otros por su baja densidad poblacional así como aquellos que tienen una deuda histórica con Haití. Estos en conjunto son: Estados Unidos, Canadá, Francia, Venezuela, la Guyana y varias de las islas del CARICOM, los cuales durante el periodo de la reconstrucción de Haití de parte de la Comunidad Internacional deberán recibir a esas personas. Este deberá ser un punto de agenda de la política exterior dominicana la cual debemos denominar “Repartir la Carga con Equidad”.

El gobierno dominicano debería dar un apoyo total y difundir a nivel internacional como el plan Binacional Quisqueya. Esta iniciativa busca desarrollar económica y socialmente los pueblos fronterizos de ambas naciones.

En esencia nuestro esfuerzo deberá estar dirigido a demostrar que Haití es un Estado fallido y el desastre que allí existe debe ser asumido por la comunidad internacional.

6.2 ESTABLECER LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DE HAITI. Al mismo tiempo que tratamos de ayudar a Haití debemos efectuar acciones muy diferentes a las anteriormente descritas. Algunas de estas serían:

-Demandar a Haití en la Corte Internacional de Justicia por incumplir el acuerdo internacional de Washington firmado en el 1938 entre las partes. En este convenio entre otras cosas ambos nos comprometemos a cerrar la frontera y a repatriar a los ilegales. Y eso es lo que debemos hacer frente a lo que ya ha acontecido.

-Demandar bajo el Protocolo de Entendimiento sobre Mecanismos de Repatriación del 1999, en virtud del cual República Dominicana tiene el derecho de repatriar a los ilegales que estén en su territorio.

-Demandar a Haití por violar sus obligaciones internacionales al fomentar la apátrida al no registrar cada niño nacido en su territorio ni dotarle de un documento de identidad. Existen diversos instrumentos para hacerlo, tales como: El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN).

Podríamos concluir indicando que en una estrategia de este género existen peligros y esta debe irse ajustando a la evolución de los acontecimientos. Igualmente es necesario ejecutarla teniendo en una mano un guante de seda para no hacer daño al pueblo haitiano. Pero en la otra mano debemos tener un garrote como el de T. Roosevelt o el bate, del “Big-Papi” David Ortiz, para usarlo cuando sea necesario con el liderazgo político haitiano.

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