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¡Soltera, pero dispuesta al amor!

DATE LA OPORTUNIDAD DE VIVIR TU FELICIDAD COMPARTIDA. PARA MOTIVARTE A LA APERTURA SENTIMENTAL, INVITAMOS A LOS EXPERTOS ANA SIMÓ, TERAPEUTA DE FAMILIA Y PAREJA, SEXÓLOGA, Y DIRECTORA DEL CENTRO VIDA Y FAMILIA, Y A RICARDO PICHARDO, PERIODISTA Y PSICÓLOGO CLÍNICO, ESPECIALIZADO EN TERAPIA DE PAREJA Y FAMILIAR.

Todas tenemos a esa amiga que es “la eterna soltera”, o la tía que se separó del esposo y decidió ser feliz estando sola, o una hermana que simplemente eligió reencontrarse a sí misma estando sola, o a lo mejor... puede que sea tu caso. Cada una de ellas tiene sus razones justificables y diferentes, que en su defecto, deben respetarse, ya que según explica Ana Simó, el tiempo o la razón de soltería es algo muy subjetivo. Simó afirma que “Puede pasar que muchas mujeres necesitan tiempo para desintoxicarse, reencontrarse. Es como sanar y volver a creer en el amor (eso requiere tiempo), y otras dicen que son felices así, para que los demás no la presionen en que deben buscar pareja, cuando quizás aún no están listas para una relación”. Y, ¿qué hay con las mujeres que duran años después de un divorcio y deciden permanecer solas? Con respecto a ellas, la terapeuta las describe como mujeres que han aprendido a ser independientes, que desean vivir experiencias nuevas, y esto no significa que están enfermas; son decisiones que toman y simplemente no desean en ese momento, dar paso a sentimientos hacia otra persona. ¡Es claro que cada una tiene su historia!

¿Soltería por decisión o miedo? A esas “solteras por decisión”, comúnmente se les cuestiona su bienestar con todo y soledad, por la idea de que “sin un hombre, la felicidad es incompleta”. Simó desmiente la idea de que, si no es con alguien al lado, no seremos felices. Ella dice que es un error pensar que siempre se necesita de un hombre para sentirnos completas, y que por creencias como esas, es que muchas mujeres se enganchan con hombres que no les hacen bien. Lo ideal es, tal como recomienda la psicóloga, es sentirnos completas y felices y, luego, buscar un compañero que desee disfrutar junto a nosotras esa felicidad propia.

Es comprensible que esperar o depender de alguien para ser felices no es saludable, pero qué tal si lo que me mantiene alejado de relaciones de pareja no es una decisión consciente, sino por un miedo oculto o una negación. ¿Te lo has preguntado? Ricardo Pichardo nos da la respuesta: “Hay una línea muy delgada entre lo que realmente quiero y o lo que inconscientemente estoy rechazando. Quien realmente está solo por convicción; se disfruta a sí mismo, no anda criticando a los que sí han elegido pareja como opción de vida. Está consciente de sí y sabe, que quizás no está listo o no ha decidido compartir su vida con otra persona, porque tiene otros planes propios.

Ello porque quiere conocerse primero, amarse a sí mismo para luego poder amar a alguien más; ya que resulta que en la mayoría de los casos se hace de manera inversa, primero quiero a alguien que me ame para yo amarme, y solo si esa persona está a mi lado me siento “completo”. Darle al otro la responsabilidad de hacerme feliz, es uno de los errores más garrafales que cometemos cuando decidimos hacer vida en pareja”.

El psicólogo advierte que una forma para darse cuenta de si realmente quiero estar solo o sola, es descubriendo lo que siento cuando se hable del tema, pregúntate: ¿Siento ansiedad, preocupación o tranquilidad? ¿Cuándo digo ‘soy soltera’, no me causaría dolor emocional cuando me pregunten?.. Y si sientes preocupación, posiblemente es un tema que debes trabajar para sanar y buscar ayuda.

Dispuesta, mas no desesperada A nadie le agrada la idea o la etiqueta de ser la soltera desesperada, y sucede muchas veces que los o las que buscan de una compañía insistentemente y, están ‘tan dispuestas’, cruzan la línea de la apertura a la desesperación. Son muchas las que reciben el llamado amoroso y se lanzan a la búsqueda, pero con un comportamiento equivocado: asechar a todo hombre que se cruce por su camino, considerándolo un ‘posible prospecto’. ¡Alto, no lo hagas! Con relación a esto, Ana Simó aclara que esas personas les pasa esto muy poco tiempo después de la ruptura, y es parte de la vulnerabilidad que están viviendo. “Siempre les digo a las pacientes que es mejor darnos tiempo para reconectarnos, saber en realidad qué buscamos en la vida y no buscar insistentemente estar al lado de un hombre. Acostarnos con alguien, no resolverá nuestras malas decisiones, que es mejor asumir y retomar la vida sin la necesidad del empujón de alguien que, quizás, no está dispuesto a darnos lo que merecemos”, aconseja la directora del Centro Vida y Familia. Es preciso ubicarnos en el estado de disponibilidad, pero desde el equilibrio y no de la necesidad obsesiva de salir de la soltería, ya que es una etapa de increíbles aprendizajes y crecimientos. ¡Vívela sin miedo y con apertura!

¡Examina tus comportamientos! Queremos abrirnos emocionalmente, pero existen pequeñas señales que emitimos y que salen a la vista de cualquiera, sin ser nuestra intención. Ricardo nos ayuda a ver algunos de esos comportamientos y expresa que muchos de esos hábitos, lo hacemos de manera inconsciente, actitudes tan “sencillas” como ver los defectos (que solo tú te das cuenta), te los imaginas, te los inventas o te obligas a encontrarlos. Situaciones como que vive muy lejos, o tiene los dientes muy grandes, o es muy gordo/ flaco, no ha estudiado, no está a mi nivel; le buscamos “la quinta pata”, tratando de convencernos a nosotros mismos de que no es para mí.

Él explica que son comportamientos que indican que estamos cerrados y no queremos abrirnos a una posibilidad.

“Algo que se da mucho es el hecho de que con la boca digo que no quiero a nadie, sin embargo, tengo mi perfil en páginas de búsqueda de parejas y apps (timber, amor en línea, etc.), o vivo dando a conocer que estoy soltero, facilito mis números de teléfono sin mucho reparo; permito que me enamoren de alguna manera, y luego planteo mi discurso de que no quiero tener una relación. Echemos un vistazo al último año de nuestras vidas y esos comportamientos, si te han ocurrido más de tres veces, saldrá a relucir si estás cerrado al amor y no confundido con que en realidad quieres estar soltero”, recomienda Pichardo.

No tengas miedo, ábrele la puerta al amor Ricardo dice que la decisión de mantenerte soltera o abierta al amor, siempre será aceptable si lo determinas con conciencia propia, sacando los prejuicios sociales y personales, y, por supuesto, cuidando de que esa decisión no te cause ningún malestar emocional. “Hay personas que deciden no tener hijos, y eso no está bien ni mal, siempre y cuando sea una decisión consciente. En el libro titulado: “Being single in a couple’s world” (Ser soltero en un mundo de parejas) trata este tema a la perfección. En el texto los autores identifican los cincos bloqueos más comunes que impiden que una persona pueda disfrutar su soltería, pero también proponen cuatro pasos para romper patrones y sistemas de creencias acerca de lo que significa ser soltero o estar casado”. Continúa que “ Si se da el caso de que alguien se sienta mejor sin compañía de pareja, lo ideal es que sea sincero consigo mismo y persiga lo que realmente quiere, que no busque pareja para llenar los requisitos de otro. Tendrá paz en su interior y no dañará a otro que, quizás, piensa distinto”.

Otro tema que toca Pichardo, es que muchas veces se teme a dejar de ser solteros por el miedo a perder lo individual y el bienestar que hemos logrado, pero esto, según advierte no tiene que preocuparnos, hay que saber respetar y que el otro respete nuestro espacio y nuestra individualidad. En ese mismo sentido, Ana Simó dice que se tiene que ser consciente de lo que se quiere y no negociar en esa nueva relación, así como poner sobre la mesa a lo que estoy dispuesta y a lo que no.

Y para ir preparando ese terreno durante nuestra soltería, Pichardo recomienda practicar estas actitudes:

1- Sé sincera contigo misma. Pregúntate qué quieres hacer y accionar a partir de esa respuesta sincera y honesta. Darme el permiso para si decido no tener a nadie por un tiempo indefinido es una decisión personal que la cumpliré para mi bien, no esperando recibir aprobación de nadie más.

2- Perdona tus relaciones pasadas. Si aún te encuentras lastimado/a por una relación anterior y tienes miedo de volver a pasar por lo mismo.

3- No te predispongas. Es necesario entender que no es cierto que “todos los hombres son iguales” o viceversa. Sanar esa herida me va llevar primero a saber lo que quiero y lo que no quiero de una relación, y lo tendré claro cuando esté frente a otra persona con el objetivo de formar una relación de pareja y, por ende, saber poner límites y advertir si realmente esa relación es para mí.

4- ¡Vive! Sería lo adecuado en todo el sentido de la palabra. Las personas importantes en nuestras vidas llegan sin buscarlas mucho. Si llega alguien no pensar apegarnos de inmediato, simplemente evalúala y si no funciona, pues, otra persona llegará.

Como dice la canción “todo tiene su hora”, y es nuestra tarea descubrir cuál es ‘nuestra hora’ para aventurarnos a vivir una vida conyugal. No sabotees ese llamado, cerrándote las puertas. Lograr una autentica apertura emocional es una decisión muy personal y se va dando a medida que trabajemos nuestros miedos, prejuicios y el propio bienestar individual. Hay que aprender a disfrutar de estar solos con una conciencia sana, sin embargo, esto no debe quitarte la motivación de encontrar con quién compartir tus alegrías, tus tristezas y tu bienestar.

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