Ozuna es el centro de la atención urbana. Dos días despúes de golpear a un hombre con un micrófono durante un show, el cantante se encuentra ahora bajo la lupa policial luego de que ayer se confiscara en Puerto Rico una yipeta que le pertenece y que estaba en la escena del crimen del narcotraficante Carlos Giovanny Báez Rosa, conocido por los motes de “Tonka” y “Jova”.

Según su abogado, el exponente urbano tuvo que correr para protegerse de los disparos que cegaron la vida de Báez Rosa, de 38 años, tercero en mando de una poderosa organización que controlaba el narcotráfico en la comunidad Cantera, en San Juan.

“Él escuchó unas detonaciones, todo el mundo corrió para protegerse, y el corrió como todo el mundo lo hubiese hecho”, comentó Antonio Sagardía al periódico puertorriqueño Primera Hora.