“A perfect way to steal a dog”

Desde la misma Era del cine silente, Hollywood incluyó a perros protagonistas. Héroes que promovían también los ideales de justicia y equidad como si fueran hombres y mujeres. uno de los primeros fue Rin Tin Tin. En 1925, el director Noel M. Smith puso en escena un guion de Charles Logue con el título de “Clash of the Wolves” (74 minutos). Era la historia de un perro mestizo, antiguo líder de una manada de lobos, que es encontrado herido por un buscador de oro. Este se encargará de curarlo, a la vez que surge una gran amistad entre ellos. La sensibilidad individual y el amor a los animales determinaron un éxito sin precedentes para este tipo de personajes. Esto obligó a sus productores a crear una saga de historias con Rin Tin Tin como estrella protagónica.

Otros caninos como protagonistas pueden ser: ‘Lassie’ (1942), ‘El sabueso de los Basketville’ (1939) y ‘101 Dálmatas’ (1996). La diferencia entre este tipo de obras, hechas en Hollywood y las de otros países es la recreación de este tipo de protagonist como espectáculo, en el caso de Norteamérica. Mientras que en otras regiones, los directores se detienen más en usar la presencia de estos animales como pretexto para sacar los fantasmas de cada personaje, en busca del bien, del mal, o de algún accidente del destino; que los proyecte. resaltando los valores humanos de los de la raza canina.

El director coreano Bong Jong-ho eligió el género de comedia para involucrarse en una historia poco común. Con su filme “Barking dogs never bite” (2000), no solo rompió el esquema sicopático de un joven aspirante a profesor, con alma de galán, que intentaba deshacerse de la mascota de un vecino que se pasaba el día ladrando. Este incidente le enciende un sentimiento de odio hacia los canes y es el inicio de su carrera como asesino en serie de perros domésticos.

Un día, este joven se enamora de la dueña de la que sería su próxima víctima. Aquí la comedia se reinventa, Boong Joon-ho saca cartas no marcadas y envuelve al espectador en un relato de enredos y situaciones cómicas que resultan inolvidables. Se acaba de estrenar “A perfect way to steal a dog” un filme que si bien pudiera parecer de tendencia infantil, nos devuelve al tema del animal, que de supuesto protagonista se transforma en un objetivo de determinado tipo de felicidad.

En este caso, su captura significa un bienestar no sentimental. Aunque al final, el sentimiento y el interés se conjugan en un matrimonio circunstancial que va por encima del final que se propone, un “happy end” donde todos y todas entienden y complementan sus discursos. La sobriedad de su puesta en escena, la agilidad del guion, la manera su sello no pretencioso, la espontaneidad de sus actuaciones y la precisión a la hora de elegir las locaciones, hacen de este filme otro punto de referencia a la hora de estudiar los ángulos diversos en que las piezas cinematográficas abordan este tipo de temática.

Ficha técnica País: Corea. Año: 2014. Director: Kim Seong-ho, Guión: Shin Yeon-sik, Kim Seong-ho (sobre una novela de Bárbara O´Connor). Duración: 110 minutos. Premios: Elefante de Oro, Festival de Cine de la India. Reparto: Kim Hye Ja, Lee Ree y Kang Hye-jung.

Sinopsis: Una niña de 10 años descubre un impreso donde se ofrece una recompensa a quien encuentre a una mascota perdida. Con ese dinero espera ayudar a su familia.