CINE
“Jack”, una odisea en pequeño
Cierto: tal vez hubiera preferido que este filme del germano Edward Berger se hubiera ahorrado unos cuantos minutos pero, de todos modos, aunque al llegar a su etapa final ya estaba un tanto cansado de las tantas vueltas y revueltas de los niños, Jack, 9 años, y Manuel, 5 años, nos parece que el final final de toda aquella ordalía infantil salva con su campana la historia.
Porque los melodramas normalmente resultan un tanto cansones por desvaimiento gradual, y lo que sucede a estos dos chiquillos cuya madre, joven y bonita, es toda una desaprensiva a la que apenas le importan sus hijos cuando los tiene en la nariz y, desde que sale de la casa se le olvida hasta el color de sus cabellos dejándolos al pairo como mala marinera que es.
Por esa razón los 103 minutos de los chiquillos corriendo por toda la ciudad y, durante los últimos 30, tratando desesperadamente de localizarla.
Por esa razón la toma de conciencia del pobrecillo Jack, que nos hizo respirar al final y no salir de Fine Arts bufando. Y además, ellos son lo mejor como intérpretes.