CINE
‘Spectre’: mendes, hombre de cine
La película, a pesar de las quejas que nos zumban en los oídos, de todos modos nos gusta, con todo y sus dos horas y media de duración
Usted ve en los diarios y en la TV el anuncio de una nueva película de James Bond y, si tiene la edad suficiente, sabe a ciencia cierta lo que va a ver: un filme desbordante de acción y fantasía. La única diferencia con las anteriores, vale decir, es que es lo mismo: si es de los 60 con Sean Connery o de otras décadas con Timothy Dalton, Roger Moore, Pierce Brosnan, un asomo de George Lazemby y, por supuesto, las recientes del mismo héroe actual, Daniel Craig.
Otra diferencia, por supuesto, es que algunas les han gustado más que otras, lo cual es lo más natural del mundo.
Pero, sea cual sea su intérprete preferido, sea cual sea su posición en el calendario, insistimos, sabe que va a ver eso que ya señalamos: una fantasía delirante cargada de dinamismo, de acción, de persecuciones, de tiros y muertos sin que, muy a pesar de ello, pueda inferirse que una Bond sea más violenta en su exposición visual que docenas de cintas que pululan por todos lados.
La presente, “Spectre”, cuenta con un guión escrito en común por John Logan, Neal Purvis y Robert Wade que, por cierto, si fuéramos ingenuos, podríamos colegir que se trata de un epílogo a la serie porque reúne entre sus muchos elementos argumentales toda una serie de detalles que involucran a anteriores rivales del sistema y de Bond en particular, así como personajes importantes o no tanto de otros episodios de la luenga saga bondiana, como puede ser la M de Judy Dench y, además, por los detalles puntuales que ofrece en sus últimos, digamos, diez minutos, pormenores que...no vamos a decir nada más.
Entonces, si vamos al relato creado por estos tres señores, podríamos decir sin temor a equivocarnos que, ciertamente, otras historias, tanto de Craig como de Connery, nos han gustado más, tal vez porque la fantasía en esta oportunidad se desliza hacia ciertos territorios que nos lucen un tanto acomodaticios para que el héroe impoluto se salga con la suya.
Por supuesto, nada de eso nos asombra: si pudiéramos repasar una por una todas las anteriores, lo más probable es que encontraríamos situaciones del mismo jaez en muchas de ellas, porque, sea lo que sea que se proponga, el héroe tiene que salirse con la suya.
Ahora bien, si nos situamos en el territorio de Craig, entonces sí podríamos afirmar que, con todo y la fantasía desbordada, las historias de “Casino Royal” y de “Skyfall” nos parecieron más sólidas en su devenir aventuresco y fantasioso, no así “Quantum solace”, que sigue siendo una de las peores de toda la saga.
Pero en lo que no tenemos ninguna duda es con el trabajo de Sam Mendes.
A este señor bien le pudieron dar “Quantum” y lo más probable es que la hubiera hecho por lo menos potable, porque hacerla excelente es algo inimaginable.
Su trabajo en “Spectre” posee un tremendo sentido del movimiento, un dinamismo arrollador, una fuerza increíble que nos arrastra aún pasando por encima de las situaciones facilonas que estamos percibiendo y que nos perturban. Mendes es en “Spectre”, casi tanto como Craig es el punto fijo que nos lleva adelante con su carisma.
Por Daniel Craig nos convence de que, muy a pesar de que el creador del personaje, físicamente hablando, fue Sean Connery, nadie puede ser más James Bond que él.
Y la película, a pesar de las quejas que nos zumban en los oídos, de todos modos nos gusta a pesar de sus dos horas y media.