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El fondillo maravilloso

El cineasta dominicano César Rodríguez acaba de estrenar en Puerto Rico “El fondillo maravilloso”, cortometraje que, además, ya es Selección Oficial en varios Festivales Internacionales. La obra, sin diálogos y apoyada, a lo largo y ancho de su metraje, en la música tropical, toca el tema de la obsesión, el “fanatismo” y el anhelo de las formas por encima del ser.

Mediante lectura asociativa del cuento del mismo título de la escritora puertorriqueña Tere Dávila (autora del guion), Rodríguez no limitó al espectador a un visionaje que implicara la trasposición del código literario al cine, sino que también recurrió al mundo de la imagen en movimiento para mostrar un proceso cultural propio del contexto, dentro de la llamada “exuberancia caribeña”. La obra muestra las andanzas de un ser populachero (vestido a la usanza “pachanguera”), portador de conductas representativas de los sectores comunes de una sociedad donde la mujer es vista como un simple “espectáculo” destinado al consumo y al disfrute, a partir de las perfectas formas de su cuerpo.

El actor boricua Luis Gonzaga parece salido de un cruce de especies etnoculturales. Metió en su piel a muchos que practican el afán ditirámbico. En esa piel donde la obsesión viaja por diversos estadíos y desemboca siempre en el ridículo.

Rodríguez lo maneja a su antojo.

Sabe sacar de él las señales que le otorga el relato literario para propiciar una hibridación de los géneros. Cine y literatura se vuelven a dar la mano. La historia, al ser llevada a la gran pantalla, perdió la riqueza del lenguaje literario, pero se enriqueció con el lenguaje del séptimo arte. Eso es siempre lo que debe hacer un buen director.

El cine de César Rodríguez está animado por una búsqueda constante de las diversas reacciones del ser humano y sus conductas antes las propuestas que se le abren em la sociedad donde vive. “Ruido”, “La extraña” y ahora “El fondillo maravilloso” podrán gustar o no. Pero es innegable que respiran cine.

Un cine muy bien pensado, realizado con altura profesional y con una adecuada economía de recursos.

En “El fondillo maravilloso”, la elección de un relato de la literatura puertorriqueña como argumento de cine no parece un caso fortuito, sino una acusada necesidad de expresión, construcción y recuperación de las memorias individuales y colectivas del tiempo que le ha tocado vivir. La combinación entre palabra escrita e imagen fílmica es una de las formas más genuinas de representación de lo cultural al interpelar, desde el cine, la cultura de una nación.

A Rodríguez le interesa exponer en esta obra el imaginario de un determinado tipo de sujeto puertorriqueño a partir de sus parámetros de conducta. Esta película es otro punto a favor de uno de nuestros cineastas mejores preparados.

Ficha técnica: País: Puerto Rico-República Dominicana. Año: 2015. Duración: 20 minutos. Dirección: César Rodríguez. Guion: Tere Dávila. Fotografía: Miguel Zayas. Reparto: Luis Gonzaga. Sinopsis: Un vendedor de dulces recorre la ciudad en un transporte peculiar, no solo para lograr su sustento, sino también para buscar esculturas físicas femeninas para satisfacer sus “sensaciones” de masculinidad.

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